La temporada del Centenario ha sorprendido a Manuel Arana a contrapié. Apagado, desconocido y sin apenas influencia en el juego, el futbolista andaluz sigue buscando su sitio en el Mallorca. El problema ahora es que como mínimo va a tardar entre cuatro y ocho semanas en encontrarlo.
El centrocampista, que apenas consumió unos segundos sobre la hierba de Butarque, volvió de Leganés con el rostro desencajado por una lesión que le va a tener desconectado del grupo durante un tramo crítico de la competición.
Las primeras pruebas arrojan que sufre una lesión fibrilar importante en el recto anterior y los servicios médicos del club temen que pueda estar entre uno y dos meses de baja.
La primera temporada de Arana como jugador del Mallorca ya estuvo salpicada por pequeñas lesiones que fueron interrumpiendo sus estadísticas. De hecho, ya sufrió un problema en su primer amistoso veraniego con el equipo, en un duelo ante el Nuremberg, que fue arrastrando hasta el inicio de liga y que le obligó a perderse las dos primeras jornadas ante Valladolid y Las Palmas.
Esta temporada esa fragilidad se había reducido y Arana trataba de ponerse cuanto antes al nivel del equipo. Pero de momento, carga con una cruz a la espalda.