En 2011 Serra Ferrer y Biel Cerdà, siendo consejeros del Mallorca, intentaron hacerse con el control del proyecto del nuevo Lluís Sitjar.
Hecho que se suma al intento, tal y como publicó este lunes en exclusiva Ultima Hora, de lucrarse con la venta del club.
En 2011 Biel Cerdà estaba enfrascado en la idea construir un nuevo Lluís Sitjar. Meses después se confirmó que el proyecto solo era humo, pero en ese instante todavía el de Pollença y el expresidente Cladera acudían reiteradamente a Cort con intenciones de llevar a cabo el plan del nuevo estadio.
En el transcurrir de un consejo de administración Cerdà, consejero de patrimonio, y Serra, vicepresidente del club, presentaron un documento para tener el apoyo de todo el consejo para controlar el nuevo proyecto.
Con este apoderamiento, que no se aprobó, querían asegurarse que la opción de que en caso de que el proyecto se llevara a cabo en otro terreno que no fuera el viejo Es Fortí.
Venta
Al frustrarse su primer intento de pelotazo, Gabriel Cerdà y Serra Ferrer encontraron en el pacto de sindicación una oportunidad de oro para fijarse sueldos millonarios.
Además de firmar una sindicación que está hipotecando el futuro de la sociedad, Cerdà y Serra redactaron una cara B de la sindicación que les hubiera proporcionado unos beneficios extraordinarios. En caso de que la venta se hubiera desarrollado en los términos redactados ambos se hubiera repartido 12 millones de euros: 9.100.000 Serra Ferrer y 2.900.000 Gabriel Cerdà.
Los accionistas del Mallorca obligaban al comprador a contratarles cuatro temporadas a cada uno. En caso de que éste se negara, darían por roto el acuerdo.