Serra Ferrer quiso jugar el partido como local. En su casa. S'Olivaret reunió a un puñado de perioditas especialmente motivados por conocer qué piensa el máximo accionista del Mallorca de los bandazos que va pegando el club desde hace varios meses. Minutos después de las diez y media, Serra se sienta en el centro escoltado por Tolo Martorell y Carme Suau, sus dos aliados ahora en el consejo de administración, un consejo al que ya no piensa asistir más, aunque sus tres votos seguirán representados en el órgano de poder del club. Por lo tanto, no estará él físicamente, pero sí sus representantes. Frente a Serra, cámaras, fotógrafos y redactores. Como si de un partido de fútbol se tratara, el máximo accionista jugó durante 90 minutos donde explicó «su» verdad, literalmente dijo «voy a decir mi verdad» y dejó varios mensajes especialmente importantes que se resumen de la siguiente manera: Serra dimite como consejero, pero sigue como accionista a la espera de encontrar comprador. No niega que un potencial candidato a adquirir sus acciones es Utz Claassen y no cierra la puerta a una negociación. Confirmó su enemistad con Gabriel Cerdà, a quien dedicó muchos mensajes, l igual que Pedro Terrasa. Con ambos existe algo más que diferencias. Hay rencor, incluso odio, pese a que aseguró que todos ellos, él incluido, son «insignificantes y el club está por encima de todo».
DIMISIÓN
«Es una legislatura acabada»
«No es el día más feliz de mi vida», dijo Serra. «Es una legislatura acabada y quiero poner punto y final». Así empezó su alocución para trasladar la idea de que su próximo paso será dimitir de consejero. En el repaso a sus cuatro años de gestión aseguró que el principal responsable de lo ocurrido a nivel deportivo es él y recordó que su administración dejó 25 millones en caja. «Entre lo que se ha gastado el club y lo que ha ingresado hay más de 25 millones de euros de beneficio, que es una cifra más que interesante. No veo que el departamento de marketing haya ingresado tanto», dijo Serra en una primera bala hacia Cerdà.
EL CONSEJO
«A nivel institucional es un esperpento»
La crisis institucional que vive el club, causada fundamentalmente por un organigrama esposado a la sindicación leonina que firmó con Cerdà, fue calificada por Serra de «esperpentica». «El tema institucional ha sido un esperpento. No es posible que un club se gestione de manera tan ruín. Los protagonistas son los jugadores y hay consejeros que siempre quieren llevar la camiseta. Ya dimití en febrero como director deportivo y lo hice con discreción y en silencio, sin colaborar en esta situación tan esperpéntica». «La parte institucional es un desastre. Hay dos accionistas de referencia que tienen el peso de la sociedad y eso no debería cambiar», manifestó Serra en una primera aproximación a Utz Claassen, con el que no vería con malos ojos llegar a un pacto de estabilidad y también a abrir con él una vía de negociación para venderle sus acciones.
GABRIEL CERDÀ
«Pido disculpas por traerlo; ha sido mi mayor error»
No tardó mucho en aparecer el nombre del presidente Gabriel Cerdà. A partir de ahí, empezó a dar cera de verdad. Estos meses había recibido él. Ayer le tocaba devolver los golpes. Así es la relación entre ellos. Golpe por golpe. «Pido perdón y lo que haga falta, pero mi mayor error ha sido traer a Cerdà al Mallorca. Pido disculpas al mallorquinismo». Serra también hizo referencia a que hay consejeros que han calificado el consejo de «manicomio y no quiero ser parte de él, aunque tampoco entiendo que luego se asocien», en alusión a los acuerdos alcanzados entre Claassen y Cerdà. «Debería haberle parado los pies hace tiempo [a Cerdà]». Sus críticas hacia la labor de su hijo con el contrato de Nsue «le descalifican como presidente», dijo Serra.
LA SINDICACIÓN
«La firmé con el corazón y me equivoqué
A Serra Ferrer le va a perseguir casi toda la vida la sindicación de acciones que firmó con Gabriel Cerdà y que entregó el club al de Pollença a cambio de mantener su posicón como director deportivo. «Firmé esa sindicación con el corazón y me equivoqué. Fue un error mío. Me voy con doce millones de euros de demanda, pero entiendo que ese pacto no es válido y en esto trabajan mis abogados. La firmé [la la sindicación] porque pensaba que habría estabilidad y no escándalos diarios. Le tendría que haber parado los pies mucho antes. Todo empezó cuando le dejo comprar el 0,4% de Mateu Alemany y lo hice porque yo nunca quise aglutinar todo el poder. Biel cogió fuerza, empezó luego echando a Cladera, a quien yo pido disculpas públicamente y siguió con Coca, Carnicero...». Serra también especificó que el germen del conflicto se localizó a la hora de querer ponerse un sueldo como presidente de 200.000 euros. «Yo tenía uno de 220.000 por temporada aprobado por los administradores y nunca lo cobré», recordó.
LIQUIDEZ
«El Mallorca tiene problemas, pero no está arruinado»
Serra Ferrer no considera que el Mallorca esté arruinado, si bien admite que pueden existir problemas de liquidez. «Este año han faltado los traspasos, pero cada año el club ha cerrado con beneficios», manifestó. Precisamente en el aspecto económico, Serra insistió en la necesidad de que Pedro Terrasa, además de investigar sus gestiones como director deportivo, vaya más atrás. «Nosotros cuando entramos no vinimos para levantar alfombras y sí para hacer viable al Mallorca. Pero, ¿de dónde salen los 78 millones de deuda que nos encontramos? también Pedro podría investigar. Personalmente le ayudaré y le acompañaré donde sea», manifestó. Serra recordó que Terrasa sí ha cobrado del Mallorca todo el tiempo que él ha permanecido en el club, mientras que él no.
¿PACTO SERRA-CLAASSEN?
«No lo sé, pero sí hay una votación conjunta»
Al vicepresidente se le preguntó por si cree que existe un pacto entre Gabriel Cerdà y Utz Claassen. Serra dijo que «hay una votación conjunta. Blanco y en botella». También Serra manifestó que él no tiene dinero para comprar las acciones de Cerdà