No fue un día cualquiera en la oficina. Ni mucho menos. Los sucesos acontecidos en la jornada de ayer, un 20-M, serán narrados de generación en generación por los tintes tragicómicos, surrealistas y penosos que dejó para la hemeroteca. La tramitación de un simple cambio de entrenador -el tándem formado por Javier Olaizola y Pep Alomar sustituye a Lluís Carreras- provocó una erupción volcánica que dejará secuelas en los cimientos del Mallorca y que convirtió al club balear, otra vez, en un esperpento de proporciones siderales.
La dimisión de Toni Prats como director deportivo, que en una jornada normal hubiera provocado una catarata de reacciones, quedó reducida a escombros ante la avalancha de informaciones, a cual más surrealista, que se iban produciendo alrededor de la SAD balear. Hubo de todo y para todos. El día amanecía en Son Moix con la destitución de Lluís Carreras sobre la mesa del consejo de administración. A esa misma hora, mientras los consejeros aparcaban en el estadio, los ayudantes del entrenador catalán preparaban picas y conos en Son Bibiloni para dirigir su última sesión. De repente, el primer contratiempo de la matinal. Apenas asisten a la cumbre tres consejeros (Cerdà, Blum y Martorell), una cifra insuficiente para lograr el quorum necesario. Con Utz Claassen en el extranjero y Serra Ferrer oficialmente enfermo, se recurre a Pedro Terrasa para que se pueda celebrar la reunión. Después de una hora de retraso arranca la cita con otra bomba que el presidente Gabriel Cerdà había soltado nada más llegar al Estadi. «Mi propuesta es que Serra Ferrer sea el entrenador. Si tanto quiere al club, lo normal es que acepte», suelta.
Se activa la maquinaria para conocer la respuesta del pobler ... que no ha acudido a la reunión y se encuentra ilocalizable. No responde al teléfono. Toni Prats, en cambio, entrega su lista de candidatos: Olaizola (primer entrenador), Alomar (segundo), Martí Ferragut (preparador físico) y Miki Garro (preparador de porteros).
Tras anunciar esta propuesta, presenta la dimisión como director deportivo. A la misma hora, el presidente del Betis confirma las negociaciones mantenidas con el pobler para que se haga cargo de la dirección deportiva. Más madera.
Acaba la reunión y Cerdà le comunica telefónicamente a Carreras su destitución. El presidente carga con dureza contra Serra y el propio Javier Olaizola, del que dice que «no tiene nivel para dirigir al Mallorca».
A media tarde, Carreras se despide sin una palabra más alta que la otra aunque reclama «más normalidad» para el equipo. Mientras, en Son Bibiloni, se cocina a fuego lento el nuevo staff técnico. Alomar, que tenía dudas, da su brazo a torcer y acepta formar dupla con Olaizola, un tándem que esta mañana iniciará una nueva era. Serán apenas tres partidos, pero con la supervivencia en juego del Mallorca, un club que cada día se supera a sí mismo. Por increíble que parezca.