El Mallorca mantiene los dos pies fuera de descenso, pero está cada vez más atrapado por las arenas movedizas de la clasificación. Una vez completada la jornada, el conjunto de Carreras sigue en la superficie gracias al resbalón del Girona en el Nuevo Colombino, pero ya tiene al Castilla a su misma altura y percibe el aliento del Alavés a su espalda. El filial blanco, que en los últimos tiempos parecía cabizbajo después de amontonar hasta ocho partidos sin celebrar un triunfo, ha recuperado la fe en la permanencia después de remontar y quitarse de encima a una Unión Deportiva Las Palmas que oposita a jugar en Primera la temporada que viene. Y los vascos, que con otra derrota hubieran empezado a entregar las armas, se llenaron los pulmones durante su incursión en el Anxo Carro de Lugo para situarse de nuevo a las puertas de la salvación. Con nueve puntos por delante y solo el Hércules descolgado, el atasco del fondo de la clasificación se intensifica entre el ruido de las alarmas.
MALLORCA
El partido de Montilivi marcará su futuro de una forma u otra
Tras dos semanas de máxima tensión y finales encadenadas, el próximo partido del Mallorca volverá a superar todo lo que le ha tocado vivir hasta ahora. Una derrota en Girona le arrojaría al contenedor de la clasificación y pese a que tendría todavía dos partidos por delante para rectificar, perdería el control de la situación y dejaría de depender de sí mismo. Además, a priori, el empate también podría ser un pésimo resultado. Hasta ayer, el conjunto rojillo solo debía vigilar la referencia del Girona, algo que resolvería sumando allí un punto porque además de guardar las distancias conservaría el poder del golaverage . Sin embargo, el acoso de Castilla y Alavés le obliga a estar atento a todos los frentes. En cualquier caso, a los madrileños y a los vitorianos también les esperan partidos llenos de trampas.
CASTILLA
La victoria ante Las Palmas ha disparado sus posibilidades
Ocho jornadas arrastraba el Madrid Castilla sin bordar una actuación plena. No obstante, su bofetón a Las Palmas va a propulsarle en el peor momento posible para sus rivales. De momento, ya ha igualado al Mallorca, que de no ser por el golaverage directo se pasaría toda la semana en los calabozos de la competición. La terna decisiva la abrirá en el Arcángel, ante un Córdoba que necesita los puntos para no perder el paso del ascenso.
ALAVÉS
Vuelve a creer en sus opciones tras profanar el campo del Lugo
Acostumbrado a vivir en el subsuelo, el Deportivo Alavés no baja los brazos. Ni mucho menos. Cuando el cielo se le venía encima, el conjunto babazorro se apoyó en un tanto de Guzmán Casaseca (exfutbolista del Mallorca B) para respirar otra vez a pleno pulmón y tomar posiciones de cara al esprint final. El fin de semana que viene visita Eibar, pero podría encontrarse al final con dos equipos sin nada en juego que le allanarían la recta de meta.
GIRONA
Un paso atrás ante el Recreativo que le obliga a acelerar
Llegaba el Girona lanzado al Nuevo Colombino, pero recibió un duro golpe a las primeras de cambio que secó su propuesta. En cualquier caso, el cuadro catalán es consciente de que ganando al Mallorca seguiría con vida y va a volcar todo su arsenal, el que administra dentro y fuera del campo, en amordazar a la escuadra de Lluís Carreras. Al igual que sucede con su invitado, para los catalanes será el partido del año. Porque la victoria, más allá de tres puntos imprescindibles, incluye también una dosis de moral y autoestima que será fundamental para redactar un final feliz. Una final en toda regla.
HÉRCULES
Parece desquiciado y podría descender la semana que viene
Diez jornadas sin ganar y seis derrotas consecutivas suponen un lastre demasiado pesado para un Hércules que parece tener las horas contadas en la categoría. La llegada de Jokanovic tampoco ha mejorado las perspectivas de un equipo roto de arriba a abajo que necesita una serie de resultados muy concreta para seguir aspirando a alcanzar la tierra firme. Su calendario es el más favorable de todos los que habitan en el sótano, pero podría acabar de precipitarse del todo el fin de semana que viene.