El Mallorca se ha empeñado en llevar hasta el final esa película de suspense y terror que lleva un mes y medio grabando. Llegó a contemplar la salida del túnel en Soria, donde coincidió con otra formación acomplejada que durante muchos minutos representó la vía de escape perfecta. De hecho, volvió a sumar. Incluso marcó. Sin embargo, el equipo acabó quemando otra jornada desde el asiento que ya ocupaba y solo un primer tiempo aseado y el colapso de sus compañeros de vagón le permiten mantener sus pies descalzos fuera de la hoguera. Pero la semana que viene la final de Los Pajaritos tendrá una nueva secuela (1-1)...
Se adentró en la jornada el Mallorca con un traje distinto al que venía empleando. Además de los cambios de Carreras, optó el equipo por abrigarse para explotar la depresión del Numancia y, sobre todo, sus problemas para acampar en el área de enfrente. Más estructurado y sereno que de costumbre, no le importó al grupo balear entregarle la pelota a su anfitrión para que lo amasara. Con mantener el equilibrio y limitar el suministro de Julio Álvarez mientras buscaba alguna fuga al contralgolpe podía ser suficiente. Y al menos durante el primer tiempo le bastó.
Avisó primero el Numancia, que con el centro del campo empantanado tampoco tenía demasiado donde agarrarse más allá de su factoría a balón parado. Un disparo lejano de Natalio alertó a los bermellones, discretos y serios entonces.
En medio de la nada, el Mallorca encontró un flotador. Hemed abrió un túnel en la defensa soriana y tras marear a su par a la caza de un espacio que le diera oxígeno se asoció con Alfaro, que entraba desde la segunda línea para cabecear el envío del israelí y marcar el punto de partida. 459 minutos después, los de Carreras se soltaban la melena.
Con el gol a cuesta y la grada murmurando, el Numancia derivó en un manojo de nervios y el Mallorca trabajó para despachar el encuentro. Se enredó primero en las botas de Nsue, incapaz de conectar con el propio Hemed en área numantina, y luego Alfaro, que acabó derrumbándose con un mal control en la antesala del descanso. En esa fase, además, el equipo se quedaba sin los pulmones de Thomas, lesionado.
Tras llegar al descanso con el guión del partido bajo su manto, el conjunto de Carreras se fue destensando. Reculó unos metros y cuando volvió a abrir los ojos se encontró al Numancia viviendo en su propia cocina. Trató de echarlo a base de velocidad, huyendo a la contra, pero Nsue y Álex Moreno lanzaron sus ocasiones al contenedor y los castellanos les sacaron punta. La entrada de David González y fundamentalmente los saques de esquina hicieron el resto. Los de Anquela acosaron sin clemencia al equipo balear desde el córner y recibieron su premio a 17 minutos del final, por medio de un testarazo de Regalón. Después, el tembleque del Mallorca se acentuó y solo la mala puntería de Palanca o Sergi Enrich evitaron la tragedia. La clasificación sigue hirviendo. Continuará....