En Huelva saltó al campo en el minuto 87 y tuvo tiempo para dar un pase de gol. El pasado sábado, en su puesta de largo en Son Moix, entró por Alfaro en el 83 y provocó los únicos aplausos de la hinchada, ansiosa de ver gente fresca, después de un partido plomizo ante el Lugo. Marco Asensio Willemsen (Palma, 1996) ha llegado al primer equipo para quedarse. José Luis Oltra apuesta de verdad por el juvenil. De hecho, las dos actuaciones de Marco con la plantilla profesional han dejado satisfecho al técnico valenciano, que incluso medita darle la alternativa como titular en las próximas citas. Si no es el domingo ante la Ponferradina, de nuevo en Palma, será en Riazor. Oltra es partidario de manejar la situación «con paciencia», pero no descarta entregarle los trastos desde el inicio.
La progresión de este centrocampista es notable. Hace apenas unos meses estaba en el juvenil B y ahora llama con fuerza a la puerta del primer equipo. Su desperpajo no es habitual. La pasada temporada, con apenas 16 años, se ejercitó un día con el filial y fue suficiente para sacar a relucir toda su calidad.
Con el Mallorca, debutó hace ocho días en el campo del líder y se mostró como si estuviera en el patio del colegio. No se arrugó. No se escondió y sacó a relucir su extraordinaria visión de juego. Su pase entre líneas a Víctor Casadesús, muy del estilo Ibagaza, causó asombro entre sus propios compañeros.
Desde dentro del vestuario le ven como un futbolista «que hace cosas diferentes», como reconoció el propio Oltra tras el encuentro del pasado sábado. Sin comparar, su estilo se asemeja al de Michael Laudrup. O al del propio Caño . Jugadores tocados por una varita mágica. Frente al Lugo, en un rato, Marco dibujó el mejor pase de la tarde -una rosca desde la izquierda-, firmó un slalom de lujo y botó un córner que hizo temblar a la zaga del segundo clasificado.
Con todos estos argumentos en la coctelería, Oltra le tiene en mente para la titularidad, aunque ha reiterado que debemos ir «poco a poco». De hecho, podría bajar al filial -el propio Alex Moreno jugó ayer con el B- y después volver a subir. El preparador mallorquinista optó antes por el juvenil que por Iñigo Pérez, uno de los futbolistas indiscutibles en su pizarra y que aún no ha demostrado la fama que le precedía. Como tampoco está aportando nada Alejandro Alfaro, que se perfila como el principal damnificado del meteórico ascenso de Marco Asensio.
Al margen de su exquisita técnica, de mantener el balón lejos del contrario y de hacer fácil el juego, tiene la cabeza bien amueblada.
En el vestuario del filial, es un futbolista muy respetado, futbolística y personalmente, por compañeros que en algunos casos tienen cuatro o cinco años más que él. También incluso por los rivales. Es una de las joyas de la cantera. Uno de los productos estrellas de Son Bibiloni que está llamando con fuerza a la puerta del primer equipo.