Alertado por su decepcionante comienzo de liga y por la sonrojante goleada del pasado fin de semana en la Nova Creu Alta, el Mallorca se ha lanzado de cabeza al mercado. Dos días después y en apenas unas horas, el club balear presentó a Iñigo Pérez (Athletic) y encarriló las incorporaciones del defensa portugués Miguel Garcia (Orduspor) y del centrocampista catalán Martí Riverola (Bolonia). De una tacada, tres pasos al frente para cambiarle el color a la plantilla y modificar, de manera sustancial, sus perspectivas más inmediatas.
En una jornada frenética en los despachos de la dirección deportiva, la entidad de Son Moix oxigenó el vestuario con una serie de operaciones que van a multiplicar las posibilidades de José Luis Oltra de cara a sus próximos compromisos, fundamentales para empezar a enderezar el rumbo del equipo y restaurar la moral de una hinchada en estado de shock desde hace muchos meses.
El primer movimiento estaba cantado. Mallorca y Athletic enterraban sus diferencias más próximas y cerraban a primera hora del día la cesión de Iñigo Pérez Soto (Pamplona, 1988). El centrocampista navarro, sin sitio en el nuevo proyecto que acaba de destapar Ernesto Valverde, aceptaba el reto de recuperar su mejor nivel de juego en la Isla y, de paso, ayudar al club a pelear por el ascenso a Primera División.
Recursos
Formado futbolísticamente en los campos de Lezama, Iñigo aterriza en la capital balear, sobre todo, para ocupar el espacio que dejó Javi Márquez con su salida en dirección al Martínez Valero. Sin embargo, el radio de acción del futbolista rojiblanco va más allá de la sala de máquinas y abarca también el carril izquierdo del centro del campo. Zurdo, con calidad y especialista a balón parado, debería elevar el listón del equipo siempre y cuando le respeten esas mismas lesiones que le sacaron en su momento de la pizarra de Marcelo Bielsa. En principio, y pese a todos esos problemas físicos que le mantuvieron prácticamente inédito el curso pasado, el jugador asegura que llega a punto para debutar y se pondrá desde hoy mismo a las órdenes del técnico con el deseo de estrenarse cuanto antes vestido de rojinegro.
Zanjada la cesión de Iñigo, el club volvía la cabeza para fortificar la defensa. Y como ocurrió en el fichaje de Agus, acudía al Orduspor. En este caso el elegido es el luso Miguel Angelo Moita Garcia (Moura, 1983), un lateral derecho que podría adaptarse al puesto de central y que antes de descender a la Segunda División turca (donde coincidió con el propio Agus a las órdenes de Héctor Cúper) había pasado por el Sporting de Lisboa, la Reggina, el Olhanense y el Sporting de Braga, además de participar en su momento en doce encuentros con la selección sub'21 de Portugal. Hoy tiene previsto viajar a Palma y si no surge ningún problema de última hora sellará su incorporación, tal y como confirmó el propio Llorenç Serra Ferrer durante la presentación de Iñigo Pérez.
El último integrante del trío de fichajes anticrisis debería ser Martí Riverola (Barcelona, 1991), con el que anoche estaban muy avanzadas las negociaciones para su cesión. El joven centrocampista catalán, criado en la cantera culé, milita en las filas del Bolonia italiano, pero allí su protagonismo es más bien escaso y la temporada pasada solo participó en un encuentro de la Serie A (50 minutos) y en dos de la Coppa (153 minutos). Antes de emigrar había recopilado experiencia en Segunda con el Barça B (2010-12) y en la Eredivisie con el Vitesse a las órdenes del Chapi Ferrer. En 2011 también llegó a debutar con el primer equipo del Barcelona en la Liga de Campeones ante el BATE Borisov.