El Real Mallorca recibirá en los próximos días un regalo anticipado de Navidad procedente de sus propios accionistas. Antes del próximo lunes (19 de noviembre), el club de Son Moix debe ingresar casi un 1,5 millones de euros correspondientes al dividendo pasivo de la entidad para cumplir con una obligación con la que carga desde hace cinco años. La aportación supondrá una valiosa inyección económica para las arcas de Son Moix, la primera que le aplican sus socios desde el último cambio de propiedad, concretado a finales de junio de 2010.
En total, los accionistas deben ingresar 1.498.227 euros en las arcas de la sociedad anónima deportiva isleña, que se dividen en función del número de títulos que poseen cada uno de ellos. La cantidad se deriva de una ampliación de capital que debía haberse cubierto hace cinco años pero que finalmente no fue asumida por el consejo de administración que entonces presidía Vicenç Grande. Ahora el Mallorca se ve forzado a aceptar esa responsabilidad y los socios están obligados a completar la aportación. En el caso de no hacerlo no se desprenderían de la titularidad de las acciones, pero sí de los derechos inherentes a las mismas.
La principal contribución, como accionista mayoritario, le corresponde a Llorenç Serra Ferrer. El vicepresidente y director deportivo controla algo más del cuarenta por ciento de los títulos (41,03183 %), la mayoría de ellos a través de la sociedad Wizard Mallorca Group SL (33,63490%). Así, el pobler debe desembolsar una suma de 614.749,95 euros.
Al segundo máximo accionista del club, Pedro Terrasa, le toca abonar antes del próximo día 19 casi una cuarta parte del dividendo pasivo (24,92685%), lo que supone un montante de 373.460,79 euros. Una cantidad muy próxima a la que debe afrontar el consejero alemán Utz Claassen (297.453,49 euros), que posee prácticamente un veinte por ciento de acciones del Real Mallorca SAD (19,85370%).
Reparto
Los otras tres grandes porciones del pastel accionarial se las reparten tres aliados de Serra Ferrer a la hora de ejercer su control sobre el club rojinegro. El paquete más grueso está en manos del consejero Biel Cerdà, que gestiona un 5,2% a través de Tukis Invest SL y que debe contribuir con 77.907,80 euros. Mientras tanto, el presidente del Mallorca, Jaume Cladera, asumirá la aportación de 73.807 euros por casi el cinco por ciento (4,92629%) que tiene en su poder y el abogado Miquel Coca, con un 2,460% de acciones, asumirá 36.856,38 euros del dividendo pasivo exigido.
Los 19.476,95 euros que completan la cantidad necesaria recaen sobre los pequeños accionistas restantes, que en total cuentan con casi el 1,3% de los títulos.
En principio, los principales poseedores de bonos del Real Mallorca SAD afrontarán el ingreso de las cantidades correspondientes y cumplirán con un deber con forma de trámite, aunque habrá que esperar a principios de la semana que viene para comprobarlo y certificar que nada cambia a los mandos del club, ya que si alguno de ellos no hace frente a la aportación su margen de maniobra se vería reducido.