El Villarreal vuelve a lanzar un torpedo en plena línea de flotación del Real Mallorca. No es la primera ocasión que el club de Castellón ha golpeado con fuerza al corazón del mallorca y del mallorquinismo y su ofensiva en estos momentos es arrebatarle al jugador futbolísticamente más valioso sobre el terreno de juego, Jonathan De Guzman.
La entidad de Fernando Roig tiene siempre en su punto de mira al Mallorca cuando se trata de reforzar a su equipo y especialmente dotar a su línea de creación de criterio y de buen juego. En 2008 el club levantino no dudó en llevarse al mejor futbolista del Mallorca, Airel Ibagaza, pagando poco más de un millón euros y realizando una batalla subterránea con el futbolista para convencerle a base de aumentarle la ficha y dándole Europa como incentivo. El Mallorca no pudo hacer nada para retener al argentino y debido a su baja cláusula y a las condiciones que se le firmaron cuando llegó a la Isla, el Villarreal tenía todas las de ganar para conseguir su contratación a un precio bajo, sin pensar en el enorme daño que hacía al club de Son Moix.
Doble golpe
La temporada pasada, en plena guerra con el Mallorca por la plaza UEFA, el Villarreal fue a por Borja Valero y consiguió su fichaje, de nuevo dejando al Mallorca desnudo en la zona de creación y sin uno de los futbolistas que eran especialmente queridos por la hinchada balear.
Además de fichar a Borja, el propio futbolista irritó de forma especial a la hinchada isleña con sus declaraciones tras ser presentado como jugador del Villarreal cuando explicó que su deseo en esos momentos era disputar competiciones europeas con su nuevo equipo. Ibagaza, Borja y ahora...De Guzman y otra vez el Villarreal se aprovecha de una situación de debilidad del Mallorca, que inmerso en pleno concurso de acreedores, no puede hacer frente a ofertas superiores y además, el jugador tiene la promesa de Serra Ferrer de facilitarle la salida en caso de que llegue una propuesta interesante a nivel económico y deportivo.
«Esto es fútbol»
Por su parte De Guzman entrenó ayer con normalidad con el resto de compañeros y nada hace presagiar que abandonará el club, al menos por su comportamiento ya que trabajó como siempre, posó sin problemas junto al escudo del Mallorca y al término de la sesión reconoció que existen conversaciones y que todas las posibilidades están abiertas, tanto en un sentido como en otro declarando que «esto es fútbol». El Mallorca, que no negociará con el Villarreal y se remite a la cifra mínima de ocho millones de euros, está ya pendiente de las opciones que le da el mercado y en este sentido no tiene todavía un sustituto claro, pero desde el club están ya valorando diferentes opciones para poder encontrar un sustituto de garantías.
De Guzman, que llegó a la Isla siendo un auténtico desconocido, se ha convertido en una pieza fundamental en el esquema de Laudrup y su marcha debilitará de forma importante al equipo, siempre y cuando el vicepresidente deportivo no consiga encontrar un futbolista de un perfil similar y que además pueda llegar por un precio asequible, teniendo en cuenta el margen de maniobra económico del que dispone el club, que se encuentra inmerso en pleno concurso de acreedores.