Con el semblante de alguien que ve que la Champions se escapa. Así compareció Gregorio Manzano en la sala de prensa de Son Moix para empezar hablando de la enorme pitada que le dedicó la grada nada más comparecer sobre el terreno de juego. «La afición siempre es soberana, si ha creído oportuno hacerlo -pitarle-, tiene todo el derecho a hacerlo. Me he sentido bien, aquí he estado seis temporadas, estoy muy bien y no tengo ningún reproche hacia la afición. Me gustó cómo apoyaron al equipo, de eso se trata, no hay ningún reproche y repito que la afición ha estado muy bien», manifestó el entrenador del Sevilla.
El andaluz no quiso entrar en muchos detalles respecto a la forma en que fue recibido en el Iberostar Estadi y insistió en lo mismo. «Cada uno puede interpretar lo que quiera. Como he dicho he regresado a Mallorca en estas circunstancias y en un futuro espero hacerlo en otras», manifestó. En relación al hecho de apurar hasta el último momento para salir al terreno de juego, el jienense recuperó su peor cara y su peor versión a la hora de responder. La misma versión que de forma tan habitual utilizaba en sus comparecencias públicas y que le valió ser uno de los técnicos más pocos valorados por la afición y por la prensa en general. «He salido cuando he creído oportuno hacerlo. Los entrenadores tenemos que estar cuando empieza el partido. He guardado ese minuto de silencio en la puerta de vestuarios para no interferir en ninguna situación mediática», dijo.
Del partido declaró que «jugamos una mala primera parte en la que el Mallorca podía haber goleado». Michael Laudrup, por su parte, dijo estar contento con el trabajo de sus futbolsitas. «Me quedo con la actitud del equipo, si jugamos así cada vez estaré muy contento, me ha gustado mucho ver al equipo así», dijo el técnico danés.