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El Mallorca detiene su caída

El jugador del Mallorca G. Castro (c) celebra el gol conseguido ante Osasuna. | Efe

| Estadio Reyno de Navarra, Calle del Sadar, 31006 Pamplona, España |

Osasuna 1 - 1 Mallorca


Osasuna: Ricardo; Nelson, Sergio, Miguel Flaño, Monreal; Puñal, Soriano (Vadocz, m.61); Coro (Calleja, m.61), Pandiani, Camuñas; y Aranda (Lekic, m.83).

Mallorca: Aouate; Cendrós, Rubén, Ramis, Kevin; Martí, Tejera (Aki, m.67); Pereira, De Guzmán, Castro (Sergi, m.73); y Nsue.

Goles: 1-0, m.8: Miguel Flaño. 1-1, m.37: Castro.

Àrbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Monreal (m.60), de Osasuna, y a Martí (m.44), del Mallorca.


Con una pizca del talento de Castro y una notable dosis de esfuerzo colectivo, el Mallorca amarró ayer un punto en el Reyno de Navarra que le sirve para detener la hemorragia abierta tras las tres últimas derrotas, coger aire de cara a un horizonte plagado de espinas y ganarle el golaverage directo a su rival. El grupo isleño supo apagar todos los incendios provocados por Osasuna a balón parado -prácticamente su única arma- para facturar un empate que le permite recobrar la calma. No es fácil acudir a un estadio como el antiguo El Sadar plagado de imberbes y salir vivo. Además, la cita de ayer deja para el recuerdo el estreno de Akihiro Ienaga, el segundo japonés en vestir la casaca rojilla, que cumplió en la media hora que jugó (1-1).

Azotado por las ausencias, Laudrup dibujó la alineación anunciada en la víspera, con Martí y Tejera en el doble pivote, De Guzman de enganche y Emilio Nsue en punta. Pereira y Castro se apoderaron de las bandas. Aunque Osasuna pisó el césped envalentonado tras su triunfo ante el Real Madrid, curiosamente fue el Mallorca quien firmó el primer susto de la entrega. Fue tras un saque de esquina que dejó solo a Rubén, cara a cara con Ricardo. Pero el central gallego la pifió en el remate y tiró la ocasión a la basura del partido.

Pero en cuanto los visitantes bajaron por primera vez la guardia, la escuadra de Camacho empezó a gobernar el encuentro. Bueno, más que el partido, las ocasiones. La primera carrera entre Aranda y Rubén dejó en evidencia al mallorquinista, que no tuvo más remedia que frenar al ariete andaluz en falta. De esa acción a balón parado, Osasuna encontró petróleo. Balón colgado al segundo palo, rematada por Aranda entre Cendrós y Pereira, mal rechace de Aouate y Miguel Flaño, que pasaba por allí, exprimió al máximo la segunda jugada para batir a Dudú (min. 7). Ese premio marcó irremediablemente el guión de la tarde.

El Mallorca trató de incorporarse después, pero no lo consiguió. En parte, porque le sobró precipitación y le faltó mucho criterio a la hora de achicar agua en defensa y también a la hora de construir juego arriba. Con De Guzman ausente, el grupo balear intentó moverse al son de la música que marcaba la zurda de Tejera. El catalán vio un desmarque de Nsue y le envió un balón que el improvisado '9' estuvo a punto de rentabilizar, aunque su disparo casi sin ángulo acabó en el cuerpo de Ricardo.

Osasuna vivía con comodidad y la hinchada jaleaba cada falta próxima al área de Aouate, de nuevo increpado por los radicales rojillos. Así, aprovechando el desconcierto que provocaba en la zaga isleña cada balón aéreo, fue acumulando ocasiones. Soriano rozó el segundo primero con un remate en el primer palo y después con un chut que escupió el larguero en la frontera del descanso. Entre medias, un disparo lejano de Monreal y un cabezazo alto de Pandiani.

A partir de la media hora del primer acto, el Mallorca se olvidó de los balonazos sin sentido a Nsue, que se pasó todo el encuentro retando a sus pulmones, y miró a los buenos. De Guzman, Nsue y Castro se juntaron para provocar un remate del 'Chori'. Era su primera señal de vida. La segunda, un minuto después, sería letal. Una buena triangulación acabó en la banda izquierda, por donde penetró Pereira, alzó la cabeza y metió un pase al balón del área que Castro, con un toque exquisito, convirtió en el empate (min. 36).

El Mallorca se plantó tras el descanso con la intención de controlar el balón. Las asociaciones entre De Guzman y Tejera alteraron el rictus de Osasuna, que de repente vio cómo el partido había cambiado de escenario. Mientras el grupo de Camacho apelaba a los balonazos a Aranda y Pandiani, las huestes de Laudrup escogieron la vía del toque para acercarse a Ricardo. Así, un par de contras protagonizadas por Tejera, Pereira y Nsue, a las que le faltó la guinda del último pase, provocaron los murmullos por las gradas.

En el minuto 66, el técnico danés retiró a Tejera, que había completado un buen encuentro pero que empezaba a perder gasolina, para escenificar el debut de Akihiro Ienaga, el segundo japonés en la historia de la entidad. Apenas entró en juego, aunque en su primera aparición, diez minutos después de pisar el césped, recibió un buen centro de Nsue para asistir en el pase de la muerte a Sergi Enrich -sustituto del goleador Castro- despejado por Flaño.

Osasuna recobró el mando de la tarde en los últimos diez minutos para acorralar al Mallorca a base de centros, córners y acciones a balón parado. En el 87, Aouate firmó la parada de la cita tras un disparo a bocajarro de Pandiani. El rechace no fue rematada por Leka, a centímetros del poste. Ahí acabó la entrega. Un punto que le permite al Mallorca detener su caída y coger aire.

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