El Real Mallorca selló ayer la paz con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y concretamente con el presidente de dicha institución, Àngel María Villar, después de tres años de una guerra fría marcada por los desencuentros las desavenencias y el distanciamiento.
Fueron casi dos horas de reunión entre el propio Villar, el presidente de la Balear, Miquel Bestard, -determinante en este clónclave-, Jaume Cladera, Serra Ferrer, Miquel Coca y Miquel Àngel Nadal, en representación del consejo de administración del club isleño. Dos horas en las que se habló muy poco del pasado y sí mucho del presente y del futuro. Inevitablemente la polémica expulsión del Mallorca de Europa se puso sobre la mesa y ahí Villar informó que la UEFA quería sancionar a la Federación por haber dado la Licencia al Mallorca e insistió en que él no tenía ni la culpa de la exclusión ni trató en ningún momento de crear perjuicio alguno a la SAD Balear.
En un breve periodo de tiempo, el Real Mallorca será uno de los clubes que formará parte de la junta directiva de la Española, en la que ya están incluidos clubes como el Getafe, Deportivo, Barcelona, Osasuna, Athletic Club, Atlético de Madrid y Villarreal, entre otros.
Sin embargo, este paso se dará en un corto periodo de tiempo, pero de momento Villar quiso trasmitir a la delegación balear su intención de que el Mallorca «no se sienta como un equipo externo de la Española», señaló. El mensaje fue recogido por los miembros del consejo, que explicaron al presidente las líneas maestras del nuevo proyecto y la apuesta que profesionales del fútbol como Serra Ferrer o Miquel Àngel Nadal han realizado con el fin de salvar un barco que se estaba hundiendo.
Jaume Cladera explicó también su intención de que exista «ayuda mutua» por parte de ambas entidades y Villar quedó totalmente al servicio del club de Son Moix para cualquier gestión que en la que el organismo federativo pueda mediar.
Cladera valoró positivamente la reunión y apuntó que «desde nuestra llegada al club expusimos nuestro interés por presentarnos a los diferentes estamentos del fútbol con los que tenemos interdependencia, exponer nuestros objetivos, principalmente el de sacar adelante al Mallorca de las dificultades económicas que tiene y tratar de mejorar la imagen institucional que ha tenido la entidad en los últimos tiempos. Nuestro deseo es tener representatividad en la Real Federación Española de Fútbol con la normalidad del resto de clubes y que la relación sea presidida por la normalidad y la cordialidad que hoy ha habido en la reunión», comentó el presidente de la entidad isleña.
La intención del Mallorca y del propio Miquel Bestard ha sido normalizar y estabilizar una situación totalmente fracturada básicamente por las malas relaciones que desde hace tres años presidían el club y la cúpula de la Federación. La expulsión del equipo de la Europa League fue la gota que colmó el vaso, pero se hacía imprescindible reconducir los contactos y tratar de formar parte de junta de la Española porque en esas reuniones, la ausencia del Mallorca ha sido aprovechada por sus principales rivales para perjudicar al club rojillo y desacreditarle continuamente.