El Madrigal asistirá a uno de los episodios más calientes del culebrón que han protagonizado el Villarreal y el Real Mallorca desde el pasado verano. El desencuentro entre ambos clubes se escenificará mañana tanto en el césped como en la grada, donde se sentarán los miembros del consejo de administración de una SAD balear que ha elevado el tono de su discurso recordando las cuentas pendientes que acompañan a ambos clubes desde julio.
Los intentos del presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), José Luis Astiazarán, por reconciliar a dos enemigos íntimos no han sido suficientes. «Ahora no es posible», respondió el presidente mallorquinista, Jaume Cladera, que ayer argumentó que «nosotros representamos a la afición del Mallorca y los seguidores están ofendidos desde el momento en el que se empiezan a utilizar argumentos no deportivos para desclasificarnos de la Europa League. No hay ninguna relación social debido a este acontecimiento».
Mientras el 'submarino amarillo' aguarda hoy a su próximo rival en la Europa League, el Mallorca encara el duelo en tierras castellonenses sin perder de vista una etapa reciente impregnada por el conflicto que se originó por la exclusión de los bermellones de la segunda competición continental. Desde el lunes es oficial que el Villarreal no es un equipo amigo para los directivos bermellones, que vieron colmado el vaso de su paciencia tras la 'rajada' cómplice entre el presidente Fernando Roig y el entrenador Gregorio Manzano sobre el césped de El Madrigal. Las acusaciones veladas del dirigente castellonense hacia Mateu Alemany alimentaron la polémica.
Llamada
Los representantes del Villarreal han tratado de reconducir las relaciones vía telefónica, pero la postura del Mallorca balear es firme. Los responsables de la SAD balear no olvidan que la parroquia barralet se echó a la calle para clamar contra los movimientos de Roig en los despachos para excluir de Europa a los rojillos con la connivencia del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Àngel María Villar. «Nos han llamado del Villarreal, pero en realidad no hemos hablado. Se trata de una situación que deberíamos tratar sentados en una mesa y no por el teléfono, que es algo muy impersonal», explicó Cladera.
No en vano, el propio presidente del Mallorca ya había asegurado esta misma semana que «el Villarreal no respeta las más mínimas normas de cortesía».