El inversor inglés era Doug Ellis. Llorenç Serra Ferrer ha estado negociando hasta hace pocos días la venta de un pequeño paquete de acciones del Real mallorca al que fuera propietario del Aston Villa inglés. Las conversaciones, pese a llegar a estar muy adelantadas, terminaron sin fructificar debido a que el actual presidente honorífico del club de Birmingham decidió no implicarse en el accionariado por temor a una reacción adversa de los aficionados del equipo de la Premier.
Ellis, que tiene residencia en Palma y donde pasa largas temporadas, había tomado la decisión de sumarse al proyecto de Serra Ferrer, pero cuando todas los pasos iban encaminados a concretar la operación, el millonario inglés reflexionó sobre el paso que iba a realizar y prefirió dar marcha atrás consciente de que el club de toda su vida ha sido el Aston Villa y que sus hinchas podrían interpretar como un acto de alta traición su vinculación con otro club profesional, si bien la compra de títulos nunca iba a soprepasar un 10 por ciento del accionariado.
Doug Ellis siempre ha mostrado una estima especial por Mallorca y su máximo exponente futbolístico. En varias entrevistas se ha declarado seguidor del cuadro bermellón y en varias ocasiones se le ha valorado como un potencial inversor.
El definitivo paso atrás de Doug Ellis altera los planes iniciales de Serra Ferrer, que pretendía dejar cerrada la confección definitiva del accionariado de la SAD balear antes de que acabe diciembre. El vicepresidente deportivo del Mallorca maneja otras alternativas y no cierra la puerta a nuevos inversores, aunque tampoco descarta la posibilidad acumular más acciones y acentuar su posición de gobierno en el consejo de administración.
La parte del pastel que falta por repartir equivale a un 28% de la sociedad y que siguen siendo propiedad de Mateu Alemany. De este porcentaje, un 10% será adquirido Jaume Cladera y Pere Terrasa (un 5% cada uno) y el 18% restante, en caso de no cerrar acuerdos con nuevos accionistas, será adquirido por Llorenç Serra Ferrer, que de esta manera podría llegar a controlar más del 50 por ciento de la SAD balear.
Los títulos que adquirió en su momento el ex presidente Josep Pons (2'5%) quedarán en manos del abogado Miquel Coca, secretario del consejo, asesor jurídico del Mallorca y un hombre de máxima confianza de Serra Ferrer.