LA HISTORIA

El exciclista Toni Bon, enfermo de cáncer: «Mientras haya posibilidades, debes luchar»

Un clásico del pelotón balear derrocha optimismo en su pelea contra un sarcoma cervical y agradece al deporte «haberme dado aire y ayudado a llevar mejor la enfermedad»

Toni Bon, junto a su pareja, Cristina, y el joven Michael en su habitación de Son Espases | Foto: Tomás Montes

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Un esprint por la vida centra todas las energías de uno de los ciclistas más emblemáticos del pelotón balear a lo largo de las últimas décadas. Toni Bon Laudeña (Palma, 1974) pelea desde hace un tiempo contra un rival más temible que el peor de los puertos de los Alpes o los Pirineos. Un sarcoma sinovial de tejidos blandos que afecta a la zona cervical, y del que tuvo las primeras pistas a raíz de una caída en la que se fracturó la clavícula, no le ha impedido seguir disfrutando de su gran pasión, la bicicleta. Y del ciclismo, que tantas alegrías le dio en lo personal, poniéndose únicamente un pero en ese recorrido. «Me faltó valentía para ser profesional, era muy joven y nunca había salido de Mallorca» asegura quien fuera uno de los mejores isleños en el Cinturón -que disputó en trece ocasiones- y parte de la historia de una Challenge que corrió con la selección española y con el primer proyecto del Illes Balears que abanderó décadas atrás el Govern.

Motivado

A punto de iniciar el que será el tercer tratamiento de quimioterapia contra este tipo de cáncer, descansa en su habitación de Son Espases junto a Cristina, su pareja, y el hijo de ésta, Michael; mira el Tour de Francia y alucina por «cómo ha respondido Vingegaard a los ataques de Pogacar» y espera «que Enric (Mas) nos demuestre lo que es en la montaña. Es un gran corredor, pero le ha tocado torear con una generación espectacular», asegura con buen humor Toni, motivado ante lo que se avecina porque «sé lo que es. Ahora empiezo otra vez, pero por fortuna la bicicleta me ha ayudado a superar y llevar mejor el cáncer, me ha dado aire y vida en momentos complicados. Es más, los médicos se sorprenden de mi capacidad de recuperación... Fíjate, que cuando salía de la ‘quimio’, a los tres días me hacía 60 kilómetros», recuerda el que fuera corredor emblemático del Club Ciclista Arenal, de 51 años y con muchos recuerdos y experiencias en la mochila.

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Toni Bon, en la habitación de Son Espases en la que descansa. Foto: Tomás Montes

Y eso que comenzó cuando lo hizo su padre, que acabó siendo su director deportivo. La Penya Antoni Gelabert y las familias Gomila o Canals son algunos de los pilares de su trayectoria, sin obviar a su hermano Carlos, con quien compartió carreras y entrenamientos, además de corredores de su generación que llegaron al campo profesional, como Joan Horrach, Toni Tauler, Vicenç Reynés o Toni Colom.

«Me quise retirar pronto. Uno de mis fallos fue no haber salido fuera», asevera. Incluso estuvo en la órbita del Lotus-Festina, Fuenlabrada o Cropusa Burgos, con los que realizó concentraciones, pudiendo disputar la Vuelta a España amateur. Incluso Toni Cerdà, exseleccionador de pista, veía en él «a un ciclista con mucho motor», recuerda que decía el carismático técnico.

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Bon, animado durante la conversación. Foto: Tomás Montes

Tras intentarlo en varios escenarios, volvió a Mallorca desanimado. «Mi madre enfermó y me puse a trabajar en Decathlon. Pero mis amigos me rescataron, literalmente. Con 23 o 24 años me quería retirar. Pero Toni Canals y mi padre, que ya era director del Club Ciclista Arenal, me ofrecieron compaginar trabajo -era pintor y acabó haciendo labores de mantenimiento- y ciclismo. Coincidió con Teutenberg, Quique Riera, su hermano Carlos... «Y como anécdota, cada año venía Erik Zabel al hotel San Diego en invierno. Yo iba a recogerle al aeropuerto junto a su familia y, un día, coincidimos en la salida de la Challenge, los dos como ciclistas. Imagínate la cara que se le quedó», ríe en referencia a la reacción del conocido velocista alemán.

Experiencias

De vuelta a Mallorca, pudo correr la Challenge, coinciendo en la selección con los Llaneras, Moreno, Gálvez o Escuredo, además de ser una referencia del pelotón isleño en el Cinturón, donde reside su mejor recuerdo. «En una etapa en San Salvador, fui el mejor mallorquín y allí estaban mis padres. Fue un subidón, un orgullo...», asegura. También guarda con cariño en su memoria el paso por el filial del Lotus-Festina y a ciclistas como Ricardo Valdez, además de «el honor de haber corrido junto a grandes como Miguel Indurain en la Challenge». Pese a ello, estuvo unos años fuera de la competición para regresar más adelante, pero con unas exigencias y una ambición más acorde al paso de los años.

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Detalle de los recortes de prensa y fotos que guarda Toni Bon. Foto: Tomás Montes

Pero la vida le cambió un día, de repente. Una caída dejó como secuela una fractura de clavícula. «Y ahí noté un bulto en el cuello, en la zona operada. Se lo dije al cirujano y no le dieron mucha importancia. Pero sí la tuvo al quitar los puntos. Vieron algo», prosigue. «Pidieron una resonancia y salió una tumoración. Fuimos al médico de cabecera y tampoco le dio tanta importancia, parecía un quiste de grasa y, mientras estaba en lista de espera, el bulto crecía y me puse serio. Hasta que, en quirófano, deciden no tocarlo porque veían que no era un quiste como tal y había crecido. Un año y ocho meses después, me hicieron una biopsia, pero yo seguía entrenando, aunque con molestias», dice.

El resultado fue «un jarro de agua fría: un tumor, un sarcoma cervical en fase 3, casi en 4. Cerca de la zona medular y cervical. El primer paso era ya reducir la masa tumoral», añadía Toni, de 51 años. No quedó ahí la cosa, porque más tarde «se reprodujo por segunda vez, se me da más quimioterapia y se extirpa para seguir otra vez con radioterapia. Y ahora volvemos a empezar, con toda la fuerza, el tercer tratamiento de quimioterapia».

TONI BON, QUIQUE RIERA Y MARCOS FERNANDEZ, PODIUM DEL TROFEO MARE DE DEU TROBADA DE SANT LLORENÇ
Toni Bon, Quique Riera y Marcos Fernández, tras una carrera con el CC Arenal. Foto: Tomás Monserrat

Consejos

Desde la perspectiva que le da la experiencia, aconseja a quienes se encuentren en una situación similar a la suya, luchando contra enfermedades como el cáncer, «hacer deporte. Es una forma de evadirse y cuidarse. Yo estoy enfermo, pero no se me va a caer el techo de casa encima si puedo», dice rotundamente. «No voy a tirar la toalla, esto no se acaba; la bicicleta me ha ayudado a llevar mejor el cáncer. Puede que el tercer tratamiento sea más delicado que los anteriores, pero mientras haya posibilidades, debes luchar. Nunca debes pararte ni rendirte. Si lo haces, el mundo se te viene encima. Y yo no soy de esos», exclama Toni Bon, todo un ejemplo de constancia ante una situación tan adversa.