Adiós a Geraint Thomas, un clásico del invierno ciclista en Mallorca

El galés, ganador del Tour de Francia y campeón del mundo y olímpico de pista, colgará la bicicleta a final de 2025

Thomas

Geraint Thomas, en invierno de 2018, en el Port d'Alcúdia tras ganar el Tour de Francia | Foto: P. Bota

| Palma |

Ha sido durante muchos años un habitual del invierno ciclista en Mallorca, e incluso en la Isla logró uno de sus mayores éxitos deportivos. A final de 2025, con 39 años, el galés Geraint Thomas (Cardiff, 1986) colgará la bicicleta tras veinte años como ciclista profesional, destacando tanto sobre el asfalto como volando en la madera. El singular corredor ha confirmado su adiós, después de labrarse un buen palmarés en el que la victoria en el Tour de Francia de 2018 ocupa el lugar más destacado, dando continuidad al reinado del por entonces Sky (ahora INEOS) bajo el mandato de Bradley Wiggins o Chris Froome y como puente antes de la explosión de Egan Bernal.

Thomas se proclamó campeón del mundo de ciclismo en pista en Palma, en 2007, en la modalidad de persecución por equipos con la cuarteta británica. También lo hizo en 2008 y 2012, años en los que sumó el oro olímpico en la misma prueba en los Juegos de Pekín y Londres. Ganador también de la París-Niza (2016), Tour de Romandía (2021), la Dauphiné (2018) y la Vuelta a Suiza (2022), fue segundo en el Tour de 2022 y en el Giro de 2023, que perdió en la cronoescalada final ante Primoz Roglic.

Geraint Thomas, durante un stage invernal del INEOS en el Port d'Alcúdia. Foto: F.F.

Se inició en el Weisenhof (2005) para pasar como stagiare al Saunier Duval (2006), antesala de su salto al Barloworld (2007-09) para ingresar en el todopoderoso Sky la siguiente temporada y hasta su adiós. Con la estructura británica rodó cada invierno -salvo el de 2024- por Mallorca, cuyas carreteras conocía a la perfección, ganándose además el cariño de los aficionados locales por su proximidad y naturalidad, que hacen del galés, vencedor de tres etapas del Tour, un corredor diferente y en cuya vida la Isla ocupa un lugar importante.

Sus concentraciones invernales en el Port d'Alcúdia -incluso en Pollença o en la Playa de Palma- y el título mundial de 2007 en el Palma Arena, pese a estar siempre a la sombra de Wiggins, Froome o Bernal, estrechan sus lazos con Mallorca, donde volverá ya como aficionado o Máster, pero no para ponerse a punto en las frías mañanas de diciembre y enero.

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