Visiblemente emocionada y embargada por la relevancia de un momento que sabía que iba a llegar, y horas después de anunciar en las redes sociales su decisión, Cintia Rodríguez (Inca, 1994) compartía sus sensaciones en el día del adiós, del anuncio de su retirada. El final de una carrera de veinte años, y por el camino lesiones y nueve operaciones, que ha llevado a la gimnasta mallorquina a ser un referente internacional y a llevar al Xelska a alcanzar la clasificación olímpica, unos Juegos que quedan como su cuenta pendiente, aunque la elegante deportista se marcha con la cabeza alta y nuevos retos en el horizonte: deportivos, académicos y profesionales.
Acompañada por su entrenador de toda la vida, Pedro Mir, su pareja y representantes de la Fundació per a l'Esport Balear como su gerente, Pere March, y el director del CTEIB, Ángel Blanch, la gimnasta internacional repasó parte de su carrera y mostró su «felicidad» al tener la oportunidad de despedirse y disputar su última competición en casa. Será el próximo sábado, en Son Moix y con motivo de la Liga Iberdrola de gimnasia artística, que arrancará en Primera División a las 17:50 horas. Será la última aparición en escena de Cintia Rodríguez.
«Me ha costado mucho tomar esta decisión, pero he hecho balance y es lo mejor», arrancaba la deportista, quien confesaba que no tiene «ningún motivo claro» en el día previo a su 28 cumpleaños. «Llevo desde los tres haciendo gimnasia, he cumplido mis objetivos... Hemos ido escalando, de ir al equipo nacional, ser campeones de España, ir a un Mundial... El único pero es no haber estado en unos Juegos Olímpicos, pero una parte de mí piensa que sí lo he conseguido», en referencia a su renuncia por lesión semanas antes de Tokio 2021.
Ella fue quien lideró la clasificación de España para el concurso olímpico por equipos, sacrificando incluso su plaza individual. Pese a todo, «el mejor recuerdo que tengo es Stuttgart -el Mundial clasificatorio para Tokio-, cuando nos clasificamos. No se pudo cumplir y me tuve que operar. Pero estoy contenta, porque después de esos Juegos me iba a retirar, pero he aguantado dos años más...», recordaba orgullosa de su entrega al deporte que ha sido y es su forma de vida.
Lo que realmente refuerza moral y mentalmente a Cintia Rodríguez es poder decir «que me voy contenta, porque no han sido las lesiones las que han dicho 'basta, he sido yo. La rodilla no está al 100%, pero estoy orgullosa al poder despedirme en casa y feliz de competir en Son Moix», admitía, recordando en su adiós que «no hay nadie que quiera tanto a la gimnasia como yo. Y es gracias a Pedro (Mir, su entrenador)».
La admiración por su carisma, estilo y elegancia hacen de Cintia Rodríguez una gimnasta muy querida por la afición y los seguidores de la artística femenina. De las muestras de cariño recibidas se siente la 'inquera' «muy agradecida», y dejó claro que esos apoyos fueron «de gran ayuda» en momentos delicados de su carrera deportiva.
Seguirá Rodríguez vinculada a la gimnasia artística, dentro del Xelska, «pues formo parte de la junta directiva», y deja claro que no se desenganchará «como miembro de esta junta, entrenadora, juez... La gimnasia vendrá siempre conmigo el resto de mi vida», proseguía la multicampeona de España e internacional, que tras «un sube y baja de emociones», tomó esa decisión, respaldado por su pareja, entrenadores y familia, teniendo «una vida ya encaminada para mirar hacia adelante desde ahora», relataba.
Confesaba Cintia Rodríguez que su idea tras renunciar a los Juegos de Tokio «era no volver, abandonar. Mentalmente, era difícil tras una novena operación. Las fuerzas se agotan... Pero Pedro (Mir) me animó a seguir compitiendo. Y el amor por este deporte hizo el resto para volver a sentirme competitiva en mayo y participar en un Campeonato de España», explicaba, a la par que su entrenador recalcaba que «era una estrategia para no quedarse con la sombra de que fue una lesión la que la retiró. Ha sido ella y no su rodilla la que ha elegido el momento», añadía el técnico del Xelska Illes Balears y el CTEIB, quien define a su pupila como una gimnasia «irrepetible».
Ahora, focalizará sus energías en acabar sus estudios de Criminología en la UNED y en otras ilusiones como el ciclismo. «Después de la gimnasia haré un Master de Investigación Privada, acabaré la carrera y daré clases como profesora... Y bicicleta», explicaba con una sonrisa Cintia, quien reiteraba que «soy yo la que dice 'basta', no la rodilla. Me gustaría ir a un Mundial, pero la rodilla no llega y prefiero quedarme con un buen gusto con la Liga Iberdrola y despidiéndome en casa».
Ahora, quiere centrarse Cintia Rodríguez en la cita de su despedida, en dejar al Xelska en lo más alto y llevarse el mejor de los recuerdos, ante su público y en Son Moix. «Me pasan muchas cosas por la cabeza. No puedo decir si estoy contenta o triste, porque son muchas sensaciones... Nunca imaginé que llegaría este momento, pero estoy tranquila porque me quedo con muchas cosas», finalizó la gimnasta, despedida con un sincero aplauso por los medios presentes en la sede de la Federación Balear de Gimnasia, en el CTEIB.