Su regreso al cuadrilátero, tras dos años de desaparición voluntaria por el ostracismo al que le condenaron sus jefes, ha sido de lo más sonado en los últimos tiempos en la WWE, el gigante mundial del wrestling. Bray Wyatt ha vuelto, para orgullo de su legión de fans, y las cifras se han disparado como antaño. En las pocas semanas que han transcurrido desde su aparición por sorpresa en el programa pay per view de octubre, Extreme rules, Bray Wyatt ya es la superestrella que más camisetas, tazas y productos de toda índole vende en las tiendas online, un factor de extrema importancia en un negocio donde los números no engañan, y a la postre mandan, deciden y ordenan.
De 'apestado' a baby face de la compañía, Bray Wyatt es ya el principal icono mercantil de WWE, y todo con apenas unos cuantos minutos en el aire. Una aparición lacrimógena sobre el ring en el programa semanal de los viernes y un vídeo 'enlatado' han bastado para levantar la expectación que rodea a Windham Lawrence Rotunda, el nombre real del popular luchador profesional estadounidense de regreso en la marca azul de SmackDown. En dos semanas su nuevo tema musical de presentación titulado Shatter, a cargo del grupo de hardcore punk de Pittsburgh (Pennsylvania) Code Orange, acumula cientos de miles de reproducciones en YouTube. Asimismo un speech -que acompaña esta publicación- en el que confiesa que con su regreso las cosas van a ponerse realmente feas y que a pesar de todo no pedirá perdón, ha superado las 700.000 reproducciones.
Cuando Bray Wyatt habla las luces del pabellón se oscurecen, y las pantallas de los móviles brillan al aire. «Sé que tengo problemas, siempre he tenido problemas. No es difícil para nadie apreciarlo. Ello me llevó a algún lugar del que no debería haber regresado, realmente no debería» dice hablándole a cámara, con un gesto que constantemente camina entre la serena convicción y la inestabilidad propia del personaje atribulado. «Por alguna razón tengo oportunidades, oportunidades que la mayoría de la gente no tendrá. Confieso que esta vez fui feliz, me conformé con que me dejaran solo» menciona con respecto a su tiempo 'fuera de la oficina'. Un tiempo nada fácil en el que ha perdido a amigos como Jon Huber, luchador más conocido como Luke Harper o Brodie Lee, que le acompañó en la etapa de las tropelías de The Wyatt Family.
«Quería que me dejarais en paz. Pero confieso que estoy muy contento de que no lo hayáis hecho porque os necesito, a cada uno de vosotros. Sacasteis las lanzas de mis costillas y me levantasteis (...) estoy agradecido porque ahora puedo ver. Sé quiénes sois, sé qué queréis y lo que intentáis hacer. Pero a lo largo del trabajo, confieso que a lo largo del viaje voy a hacer cosas horribles. Pero nunca sentiré remordimientos por ellos. Ahora soy un sirviente» anuncia antes de cortarse la comunicación por motivos tan oscuros como desconocidos para la audiencia.
Visto el hype desatado en las redes sociales por parte de Bray Wyatt es probable que los creativos de WWE no puedan resistir mucho tiempo más sin darle una lucha titular por el campeonato mundial unificado, que actualmente ostenta de forma indiscutible y casi como si de un trámite se tratara Roman Reigns. Precisamente Reigns se erigió como jefe tribal de toda la WWE arrebatándole el cinturón de campeón a The Fiend, el terrorífico alter ego de Bray Wyatt que parece haber quedado arrinconado en esta nueva etapa, aunque su poso nunca podrá ser olvidado por completo. Probablemente por aquello el cara a cara entre Roman Reigns y el nuevo Bray Wyatt sea una de las contiendas más esperadas de los últimos tiempos.