Un nuevo enfoque es lo que le ha dado Mario Mola Díaz (Palma, 1990) a su hoja de ruta en una temporada 2022 atípica. En un año postolímpico, el triple campeón mundial busca nuevos estímulos y alicientes para intentar repetir experiencia en París 2024, un objetivo que «queda lejos todavía» en los planes del balear, que ha encontrado estos últimos meses en el cross y en su retorno al atletismo dos buenos argumentos para mirar al futuro con ilusión.
Un largo invierno en el que ha pasado muchas semanas en Mallorca le ha permitido trazar un libro de ruta en el que una prueba le brinda la chispa necesaria como para pelear por un título más que añadir a su hoja de servicios. El Europeo de Múnich, en el mes de agosto, será un reto personal y deportivo para Mola, que lo contempla como «un objetivo de un día, una carrera que es más asequible a la hora de preparar que un Mundial tan disperso», explica el tres veces olímpico.
Experiencia
Se plantea Mario este 2022 como «un año de transición» en el que centrarse «en otros objetivos. Hemos tenido dos años olímpicos como aquel dice, enfocando y desenfocando nuestra preparación...», relata el triatleta internacional. Relata que el pasado 2021 fue «exigente, de locos... Personalmente, estos dos años han sido duros, agotadores, me desgastaron más que otros ciclos olímpicos», y mirando al futuro, tiene muy claro que, «para llegar a los Juegos de París 2024 hay que dosificar las carreras. El nivel de exigencia es alto y el cuerpo tiene que adaptarse a tu realidad, que es la de otros», comenta Mola desde el Port d'Alcúdia.
Los meses posteriores a Tokio le han permitido ponerse a prueba y mantener el tono con experiencias y pruebas alternativas. «Quería incentivos nuevos para salir de mi zona de trabajo. La SuperLeague, el cross, que para mí es una opción siempre interesante. Cambiar de aires ayuda, y más después de unos meses duros de verdad», proseguía el deportista. En la temporada en ciernes, Mola aparca a un costado la meta de las Series Mundiales, aunque aprovechar «pruebas en verano para mantenerme conectado y preparar el Europeo de Múnich», que se antoja como la principal parada de Mario en un 2022 que le permitirá recargar pilas de cara al año preolímpico que se avecinará en unos meses.
«Tenía que escuchar a mi cuerpo, que me pedía salir de esa rueda y disfrutar de entrenar y competir». Y, sin perder de vista París 24, remarca que «la parte positiva es que el ciclo es un año más corto. Puedo soñar con esos Juegos cada noche. Pero si no estoy al nivel, se quedará en eso, en un sueño», reflexiona el triatleta mallorquín, que a punto de cumplir 32 años, ha optado por «poner el cuerpo a tono e ir año a año. Creo que debe ser la manera de focalizar este objetivo a medio y largo plazo», continuaba un reflexivo Mola.
Exigencia
Echando la vista atrás y regresando a Tokio, donde se le escaparon las medallas e incluso los diplomas en las pruebas individual y por relevos, Mario recuerda que «fue una carrera muy abierta... Hubo un grupo grande empezando a correr, pero la natación y la bici me colocaron lejos de la cabeza, con un alto desgaste». Y, a la vez, recalca que «no es un chasco o una decepción. La gente tenía mucho nivel y, tal y cómo fueron los meses previos a los Juegos, sin duda iba a ser una carrera exigente y las medallas iban a cotizar muy alto». A la vez, lamenta que la preparación para Tokio «no fue tan fácil ni ideal como en otros Juegos. Yo lo hice lo mejor que pude y no lo considero un chasco y acepto las cosas como vienen», confiesa el mallorquín.
Pensando en el futuro, una vez que la generación de oro del triatlón español (Gómez Noya, Mola, Alarza...) ponga fin a su periplo, Mola es optimista y apuesta «por gente que viene fuerte por detrás, como (Antonio) Serrat o Igor Bellido -campeón del mundo júnior, como en su día lo fue Mario-. Nuestro trabajo y resultados han dejado un poso y han servido de estímulo para gente que tiene calidad como para estar delante, y hay que apoyarles para que España siga siendo referente internacional», asegura todo un tricampeón mundial: Mario Mola.