La vela balear puede presumir de una interminable lista de campeones, de grandes regatistas y navegantes. Pero únicamente Javier Sansó (Palma, 1969) cuenta en su hoja de servicios con la participación en la prueba por excelencia. En dos ocasiones, el conocido navegante isleño ha tomado la salida en la Vendée Globe, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas. Hace justo veinte años, en la edición 2000-2001 de la prueba más exigente del planeta ‘Bubi' se lanzaba a una aventura que repetiría doce años después. Una competición que no logró acabar en ninguna de sus dos intentonas, aunque tiene claro que «volvería a hacerlo. Ahora mismo si pudiera... Quién sabe si a lo mejor vuelvo con un buen patrocinador...», dejó ver Sansó camino del archipiélago de las Galápagos, en conversación con Ultima Hora para recordar el hito que marcó en la historia del deporte balear hace dos décadas.
A bordo del Old Spice, un Open 60, salía Sansó de Les Sables d'Olonne el 9 de noviembre del año 2000. No pudo regresar, pues tras 42 días de navegación, se vio obligado a abandonar al romper el timón tras chocar con un iceberg a tres 3.500 millas del puerto más cercano en la Antártida, aunque finalmente optó por el traslado a Perth (Australia).
Sansó fue, por entonces, el segundo español en lanzarse a la aventura de la Vendée Globe, después de José Luis Ugarte (sexto en 1992). Y fue el primero en repetir. No le echó atrás ese susto en alta mar, «pues es el sitio en el que quieres estar», confiesa ‘Bubi' Sansó, quien deja claro que participar en la Vendée «es lo máximo. Y yo me sentía capacitado. Era competir contra las grandes leyendas de la nevagación. Te pones a prueba y pones a prueba todo lo que has aprendido a lo largo de tu vida», recuerda Sansó, que doce años después (2012-13) lo intentó de nuevo, a bordo del Acciona 100% EcoPowered, un Imoca 60 sostenible y que no utilizaba combustibles fósiles. ‘Bubi' era el primer español en repetir aventura a la caza de un sueño que se vio súbitamente frustrado cerca de las Azores, cuando un vuelco y la pérdida de la quilla pusieron en peligro la vida de Sansó, rescatado por la Fuerza Aérea portuguesa cuando encaraba el tramo final de la vuelta al mundo. «Fue una lástima, estaba tan cerca...», recuerda, a la par que admite que «en una regata en la que estás 24 horas compitiendo, la tensión es constante. Tú eres tu médico, tu psicólogo, tu cocinero... La soledad es lo de menos. Siempre hay trabajo que hacer y eso te entretiene».
Dos décadas después, Dídac Costa, con apoyo de capital mallorquín, busca completar a bordo del One Planet One Ocean la gesta que dejó a medias ‘Bubi', quien mostró un camino que nadie más ha seguido... Por ahora. Veinte años después, Sansó no olvida que tiene una cuenta pendiente.