Mallorquinista confeso, deportista nato con varias Spartan a sus espaldas y una condición física envidiable, el mallorquín Carlos Palmer Cerdà (Palma, 1974) se recupera en su domicilio después de haber pasado unas semanas «horribles» por culpa del coronavirus.
Tras permanecer varios días hospitalizado, elogia el trabajo que están realizando los sanitarios, pero lamenta la escasez de pruebas que se están realizando a la «cantidad de gente que puede estar pasando la enfermedad en sus casas» sin ser conscientes.
Palmer abandonó el hospital sin saber si es susceptible de contagiar a otras personas y por ello recalca la importancia de repetir «una PCR o algún otro test» para comprobarlo.
Carlos Palmer, que es nutricionista y comercial, relata cuándo y cómo empezó todo: «Pues hace ya algunas semanas. En concreto el pasado día 19 de marzo. Noté que tenía un poco de fiebre pero no le di mucha importancia. Tenía 37 o 37,5. Me acosté pronto y al día siguiente seguía con algunas décimas. La fiebre no remitía, sobre todo por las noche, con 37,8 o 38,8 en algún caso. Entonces comencé a llamar a los teléfonos que dan la
Conselleria. Les comenté cómo me encontraba, qué síntomas tenía, que repito eran básicamente fiebre, dolor de cabeza y muscular por todo el cuerpo. Me preguntaron si tenía ahogo o asfixia. En esos momentos no tenía y entonces le dieron poca importancia. Me dijeron que me quedara en casa, que tomara paracetamol, mucha agua y
que reposara».
Recluído en su domicilio, los síntomas no remitían y cada vez se encontraba peor. «Estuve así unos seis días y al miércoles siguiente, casi una semana después, seguía con los mismos síntomas: fiebre, dolor de cabeza, malestar general...y entonces volví a llamar. Un médico se puso en contacto conmigo y me recomendó que fuera al hospital para que me hiciesen pruebas. Entonces ese jueves ya fui al hospital y allí me hicieron un análisis de sangre, una placa de tórax y ya con el análisis me dijeron que probablemente estaba infectado de coronavirus. Entonces por la tarde me hicieron la PCR -el test diagnóstico de la COVID-19- y un día y medio después me dieron los resultados. Salí positivo y me quedé ingresado. En el hospital pasé unos días similares a cuando estaba en casa, con fiebre, paracetamol y mucha agua, pero mejor atendido por los médicos».
A la hora de acudir al hospital, Palmer también tuvo cierto reparo por el colapso. «Yo evidentemente también tenía miedo de acudir a una Urgencias colapsada de gente porque no estaba seguro de si estaba infectado o no ya que evidentemente a casa no había venido nadie a hacerme ninguna prueba y opté por acudir a la sanidad privada. Fui a la Juaneda Miramar. Fui muy pronto, casi al amanecer, para intentar no encontrar a mucha gente y así fue. Sólo se encontraba el médico saliente de la noche y ya me fueron atendiendo. A medida que avanzaba la mañana, iba acudiendo más gente. Coincidí con tres o cuatro personas que tenían los mismos síntomas. Pero sí, tenía miedo de ir al hospital».
Palmer permaneció una semana ingresado. «Acudí de madrugada a Urgencias y después de comer ya me pasaron a planta. Allí permanecí una semana hasta que me dieron el alta ya asintomático, sin fiebre, sin dolor de cabeza. Una vez ingresado me repitieron los análisis de sangre dos veces. Uno el lunes y el jueves antes de salir. Cuando los valores se fueron regularizando, que no estando correctos, me dieron el alta».
Cuestionado sobre cómo ha vivido la situación desde dentro, Palmer reconoce el trabajo de los sanitarios. «En el hospital la gente se está volcando con los pacientes. La verdad es que el trato es bueno dentro de las posibilidad que ellos tienen. Los equipos de protección individual son muy escasos por lo que los están administrando para que le dure varios días. Para entrar en una habitación para visitar a un paciente infectado deben ponerse un equipo y para entrar en otra habitación, se lo tienen que quitar y ponerse otro nuevo para también proteger de carga vírica a los demás pacientes. Partiendo de esa base, el contacto
que tiene el paciente con el personal es muy escaso. Dentro de la habitación te dan una serie de aparatos para poder controlar tus constantes, tipo termómetro, tensiómetro y otro para medir la saturación de oxígeno en sangre. Ellos te van llamando por teléfono y tu le vas informando de los datos. Si todo es correcto, pues nada. Y a la hora de cenar o de comer algo parecido. Ellos te dan la bandeja desechable con cubiertos desechables en la
entrada de la habitación y el paciente, si puede, lo recoge, come y posteriormente arroja todo en un cubo de basura. Por parte de los médicos, todavía es todo muy nuevo y hay
mucho desconocimiento y poca experiencia con este virus para saber lo que va a pasar. Eso es una realidad. Hasta que no haya muchos casos y mucha investigación, de momento hay muchas incógnitas».
Carlos Palmer preguntó muchas cuestiones el día que le dieron el alta que no le supieron contestar. «Pregunté si estaba inmune y no lo saben; pregunté si recuperaría el sabor y el olfato, no lo saben... entonces todo eso no se sabe. Si que tengo la sensación de que te recuperas, por lo menos en mi caso, pero eso no quiere decir que sea general. En mi caso no he tenido tos y mucha gente tiene... En mi caso sí he recuperado el olfato, el gusto y sigo un poco aturdido pero me encuentro mucho mejor».
En el hospital donde estaba su habitación era 'individual' aunque en los hospitales públicos «suelen ser habitaciones compartidas e incluso donde yo estuve, en alguna planta también había habitaciones compartidas por necesidades».
También explica si tendrá seguimiento o no del hospital. «No sales con un alta médica porque sigues saliendo con un positivo y enfermo y con un seguimiento en casa. Tengo
citas telefónicas, aunque yo pregunté si me repetirían el test rápido... pero si no tienen pruebas ni para los sanitarios que nos están atendiendo, pues mucho menos para alguien
que se está recuperando y pienso que eso es un peligro porque no sé hasta qué punto puedo ir contagiando a la población o no. Estuve en cuarentena en mi casa y salí del hospital sin ningún valor exacto de saber si soy positivo, si soy negativo… me han confirmado, eso sí, que a los 15 días de pasar la enfermedad se crean anticuerpos
al 100%, lo que no está tan claro es la prevalencia del virus. Es una incógnita que de momento los médicos no saben responder».
Carlos Palmer aclara que tiene el alta hospitalaria pero no médica. «La recuperación se puede hacer desde casa, que es mucho mejor, pero el alta médica se tendría que
corroborar con un test, que estamos esperando. De hecho, al ser un caso positivo confirmado no puedo acudir a un PAC a hacerme la prueba y están mirando la forma de
hacerme ese test; si vienen a casa o cómo lo hacemos».
Palmer acaba con un mensaje de esperanza: «De esto se sale y espero que dentro de poco todos volvamos a la normalidad».