Es imposible hablar de fútbol playa en España sin hacerlo también de Ramiro Figueiras Amarelle (Ponteceso, A Coruña, 1977). Excanterano del Deportivo, hace casi dos décadas decidió quitarse las botas y aparcar una prometedora carrera para jugar descalzo sobre la arena y convertirse en el icono nacional de un deporte de nombre idílico y una tremenda exigencia física.
Ahora, y tras pasar por todos los escalones posibles, es el seleccionador de China, un cargo que ocupa desde hace dos años. Instalado en el corazón de Asia pero sin perder de vista lo que ocurre en su país, esta semana ha pasado unos días en la isla estudiando una colaboración con uno de los clubes más pujantes del momento: el San Francisco. La idea es desarrollar un proyecto del que se puedan beneficiar las dos partes.
«Miguel, el preparador físico con el que trabajo en China, jugaba la temporada pasada en el San Francisco y a los responsables del club les inquietaba cómo mejorar, qué podían hacer para construir un equipo mejor, crear una estructura», explica Amarelle. «Tienen un interesante proyecto a medio plazo para involucrar a sus equipos más allá de la época veraniega y me parece una idea muy atractiva y con una repercusión muy interesante para el fútbol playa. No me costaba nada invertir un par de días en venir, escucharlos y ver en qué se podía colaborar», añade. Una de las primeros resultados de esa colaboración es la posible realización de una concentración en Mallorca por parte de una delegación de la Federación China.
Amarelle reconoce que ha quedado seducido por el trabajo realizado últimamente por el San Francisco, que el verano pasado verano fue subcampeón de la Copa y la Supercopa, y afirma que estaría encantado de desarrollar una idea que él mismo había pensado en plasmar en A Coruña, su tierra. «Su proyecto me parece muy valiente y atrevido y lo están haciendo todo de forma muy seria y responsable. Con mucha coherencia y sensatez. Y yo estoy encantado de colaborar. Y a los chinos les vendrá muy bien jugar y entrenar aquí. En Europa los jugadores se mueven rápidamente de un país a otro y tienen muchas experiencias. En China les cuesta más salir y para ellos sería muy positivo hacer una concentración de uno o dos meses. Vamos a intentarlo. Sería una colaboración bidireccional, con el respaldo federativo, ayudando al fútbol playa de Mallorca…», destaca.
En cualquier caso, los lazos con el Sanfran tampoco son nuevos. «El año pasado ya tuvimos la suerte de colaborar trayendo a un jugador chino. Y el papel que hizo el equipo fue brillante. Fue valiente y tiene el apoyo de la Federació. Percibo a su vez que quieren involucrar a todas las islas y el fútbol playa puede ser un buen elemento para darle visibilidad a Balears». El San Francisco quiere seguir creciendo de la mano de uno de los galácticos del fútbol playa.