El exciclista alemán Jan Ullrich dice que se siente «mejor», gracias a la terapia a la que se está sometiendo tras las sucesivas agresiones que protagonizó, presuntamente producto de su adicción a la droga y al alcohol.
«Me siento mucho mejor», afirma al popular diario Bild, donde explica que mañana y tarde se le practican análisis de orina o sangre para comprobar la presencia de substancias tóxicas en su cuerpo.
El exciclista mantiene asimismo contactos telefónicos con sus hijos, que viven con su exmujer desde la separación de la pareja hace unos meses.
El ganador del Tour de Francia de 1997 fue detenido hace dos semanas en un hotel de Fráncfort, tras agredir presuntamente a una prostituta en un hotel de lujo.
Una semana antes había protagonizado otro incidente en su casa de Mallorca, tras irrumpir en la villa de su vecino y compatriota, el actor Till Schweiger, en actitud amenazante.
Ullrich quedó en libertad tras la agresión de Fráncfort e inició a continuación una terapia contra su adicción.
Los medios alemanes se hicieron eco en los días sucesivos del proceso de hundimiento del excampeón olímpico, único alemán que ha ganado un Tour de Francia y en temporadas sucesivas se convirtió en «eterno segundo» del estadounidense Lance Armstrong.
Su carrera quedó salpicada por el escándalo de dopaje masivo revelado en la llamada «Operación Puerto», lo que motivó su exclusión del Tour y retirada del equipo T-Mobile, en 2006.
Tras su retirada definitiva del ciclismo, en 2012, ha protagonizado una serie de incidentes, entre ellos la detención, en 2014, tras lanzarse a toda velocidad y bajo los efectos del alcohol contra dos coches, en Suiza.
Su dependencia actual de las drogas y el alcohol, se precipitó tras separarse de su mujer, con quien tiene tres hijos, y quedarse solo en su casa familiar de Mallorca.