La pretemporada del Real Mallorca arrancó este lunes con caras nuevas en el césped y con la presencia de un centenar de aficionados.
Un grupo de seguidores, que encendió bengalas y usó botes de humo al inicio, animó durante parte de la sesión de entrenamiento, en la que fue increpado Antonio Raíllo, que respondió con sonrisas a los múltiples insultos.
Al acabar la sesión varios aficionados saltaron una barrera para insultar y tratar de llegar hasta el central, que tuvo que ser protegido por compañeros y trabajadores del club, que tras el suceso ha fijado los entrenamientos a puerta cerrada.