Un mes después de la pelea entre padres que dio la vuelta al mundo Collerense y Alaró tratan de recuperar la normalidad y mirar al futuro. Los dos clubes han recibido una sanción de 750 euros además de la clausura de sus respectivos campos para sus equipos infantiles y a lo largo de los próximos días evaluarán la idoneidad de recurrir, aunque los presidentes abogan por cerrar el tema para centrarse en la próxima temporada.
Tanto la entidad palmesana como la de es raiguer asumen la sanción impuesta por el organismo competente de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB) y quieren pasar página para centrarse en el final del presente ejercicio y sentar las bases del curso 2017-18.
El Collerense tiene previsto reunirse el lunes con el abogado del club para valorar el fallo y estudiar las diferentes opciones que se presentan. La entidad palmesana dispone de diez días para recurrir y tratar de lograr una rebaja en el castigo, aunque el presidente Tolo Verd asegura que su propuesta a la junta directiva será zanjar la situación. «Personalmente tengo ganas de aparcar el tema y trabajar de cara al año que viene, que hay mucho por hacer», explica Tolo Verd, que comenta que han trabajado en un código ético para que el desgraciado incidente suponga un punto de inflexión.
El presidente del Alaró, Llorenç Guardiola, traslada este viernes a la junta directiva la situación y la posibilidad de recurrir, aunque mantiene la misma postura que su homólogo en el Coll. «Me gustaría dar por zanjado el tema y mirar adelante», explica el responsable de la gestora, que comenta que «la multa es un contratiempo para el presupuesto, pero descuadrar nos descuadrará como cada temporada porque siempre hay que poner dinero», explica.
Cabe destacar que el fallo del Comité de Competición afecta tanto a los clubes como al personal y a los jugadores con licencia de la FFIB y que serán otras instanacias las que impongan el castigo a los espectadores que se enzarzaron en la tangana. La aplicación de la Ley Antiviolencia podría implicar castigos severos para los responsables de la trifulca, mientras que todo apunta a que las denuncias cruzadas en los tribunales no irán más allá teniendo en cuenta que ninguno de los implicados sufrió lesiones graves.