Se acaba el largo invierno y con él, las competiciones al aire libre recogen el testigo para acumular buena parte del protagonismo. En especial en un deporte como el triatlón, que afronta un año especial en el que los Juegos Olímpicos de Río serán en eje sobre el que se vertebrará para muchos una campaña decisiva.
Es el caso del mallorquín Mario Mola (Palma, 23 de febrero de 1990), que agota su puesta a punto de cara a su primera gran prueba de fuego. El arranque de las Series Mundiales, de nuevo en Abu Dabi, supondrá el reencuentro del balear con muchos de los que serán sus adversario en la cita por excelencia. En año olímpico, los Juegos ponen el litigio tres medallas a las que aspiran varios triatletas que han ejercido el control del Mundial a lo largo del ciclo que acaba.
Con 26 años recién cumplidos, el doble subcampeón de las Series Mundiales (2014 y 2015) tiene ante sí una reválida del primer nivel en un 2016 que promete emociones fuertes. La primera, el 5 de marzo en Abu Dabi. Hace un año, el triatleta mallorquín se ponía por primera vez al frente de la general de las Series Mundiales merced a su triunfo en la prueba del Golfo, que abría también el calendario.
Ahora, busca la reválida y demostrar que el trabajo realizado este invierno, con Canarias y Mallorca (en especial su cuartel general del hotel Viva Blue) como epicentros, da sus frutos. Eso sí, la fecha señalada es la del 18 de agosto. Y el escenario, la mundialmente conocida playa de Copacabana. Allí, le esperan, además de los Brownlee (Alistair y Jonathan), Javier Gómez Noya -los tres, podio en Londres 2012-, Richard Murray, Vincent Luis y compañía, 1'5 kilómetros de natación, en esta oportunidad en aguas abiertas; a ello, le seguirán 43 kilómetros de ciclismo en un circuito plagado de trampas y peligros por las calles de Río, como colofón, otros diez kilómetros de carrera a pie en los que Mola parte como uno de los favoritos dentro del segmento, y es dónde podría reventar la prueba.
Mallorca ha sido el escenario elegido por Mola y su equipo (con Joel Filliol al frente) para pulir los últimos detalles en vistas al arranque de una temporada en la que la presencia de los Juegos en pleno agosto, condiciona la agenda de los triatletas, que deberán descartar pruebas y dosificar sus presencias en competición si quieren llegar en plenas facultades a los Juegos.