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La gesta del récord del mundo de desnivel en descenso llega a Manacor

Fernando Caro, miembro del Equipo ECH, en una imagen captada durante un descenso.

| Manacor |

Los deportes de montaña, y en especial el descenso de barrancos, cuentan en Mallorca con numerosos adeptos. Todos tienen una cita el sábado, a las 19 horas, en el Teatre de Manacor, un evento en el que colabora Ultima Hora y que llega de la mano del Club Dimonis Muntanyers. Allí, el equipo ECH ofrecerá una conferencia y la proyección del audiovisual ‘Runchet Khola, las entrañas del gigante', recordando el récord mundial de desnivel en el Himalaya. Fernando Caro (Zaragoza, 1975) es uno de los protagonistas de un hito que se entiende mejor gracias a la cinta ganadora del XXII Concurs de Cinema de Muntanya de Castelló.

— ¿Qué tienen el descenso y el barranquismo para enganchar hasta alcanzar esas metas?
— El agua es vida y en la mayoría de las ocasiones, como ocurre en el barranquismo, el entorno es de una belleza extrema. Si le sumas un espíritu aventurero y exploración, tienes la fórmula para necesitar de estos desafíos. Deportivamente, es otra actividad que puede generar esas dosis de endorfinas y adrenalina que ayudan a sentirnos vivos.

— ¿Sienten que se reconoce suficientemente su trabajo?
— Probablemente sí, en su justa medida y desde el prisma del practicante y los medios asociados. Estamos en paños menores en cuanto a la evolución del barranquismo de los grandes retos. Desde el punto de vista del profano, la cuestión no es el reconocimiento, sino el entendimiento de esta disciplina en su modelo exploración. Con la tecnología en casa y el cambio generacional, es menos complicado realizar audiovisuales que muestren qué hacemos y por tanto, esperamos que en un futuro, cuando la gente oiga que se ha descendido un barranco, sea capaz de contextualizar y poner en valor esa información como si escuchan que alguien ha subido al Everest.

— Estamos acostumbrados a hablar del Himalaya por las ascensiones a sus montañas, ¿tienen también su magia los cañones y los barrancos allí?
— Por supuesto. La diferencia al hablar del Himalaya es que, a priori, le estás incrementando esa magia al tamaño y las dimensiones de sus gargantas. Los cañones y barrancos no son más que grandes grietas o arrugas dentro de un sistema montañoso y por lo tanto, entendemos que allí donde se encuentran las montañas más grandes y altas del mundo, es factible que también se encuentren los cañones y barrancos de mayor envergadura y desnivel. Hay barrancos por descubrir y explorar que superan nuestras expectativas. Y realmente, ahí reside la magia, en ir a comprobarlo. Por otro lado, el hecho diferencial podría ser la increíble concentración de cañones en la cordillera. Aunque sería injusto establecer cualquier tipo de ránking puesto que, allá donde exista un cañón o barranco por explorar, allí está la magia.

— ¿Qué se siente al lograr un récord mundial de este calibre?
— El récord no es más que un número efímero en un mundo de números. El día que el equipo llegó a la desembocadura del cañón con el Bhudi Gandaki -el río principal- estábamos extenuados de sentimientos, habían sido siete días de exploración intensa, dificultades, risas, cabreos, emoción… después de un rato de celebraciones y suspiros, miramos el altímetro y dijimos, ‘Ok, hemos realizado el mayor desnivel del mundo'. No era ese el objetivo inicial aunque sabíamos que era posible que ocurriese, por lo tanto, tampoco lo rehuimos.

— Existe un componente de riesgo notable. ¿Lo asumen?
— Somos un equipo que llevamos la seguridad por bandera. Tratamos de analizar los riesgos ponderables para eliminarlos y los imponderables para reducir la probabilidad que dejamos al factor suerte para que ocurran. Está claro que a mayor desafío, mayor es el riesgo no controlado y el factor suerte. Aunque no estoy de acuerdo con la expresión ‘asumir riesgos', creo que es un gran error que cometemos al expresarnos y que se traduce en ocasiones en desafortunados accidentes. Lo que debemos meditar y aceptar con responsabilidad son las consecuencias.

— Además, la recompensa llega en forma de premios, como el logrado en Castellón...
— Ha sido toda una sorpresa, por ser la primera vez que nos ocurre y también por la calidad de los videos normalmente presentados en estos eventos, que suelen ser realmente buenos. Es cierto que hemos puesto muchos más esfuerzos en la documentación audiovisual de la expedición y eso se ha reflejado en una proyección técnicamente trabajada y con un guión agradable. Pero, sobretodo, pienso que hemos ofrecido otro punto de vista.

— En Mallorca hay afición a estas actividades, ¿la conoce?
— Mallorca es un tesoro. Posee unos cañones con una singularidad atractiva. Puedo hablar de Gorg Blau-Sa Fosca-Pareis donde, la morfología de la garganta, el aislamiento de los oscuros, sus formaciones y un inconmensurable gigantesco caos de bloques del Torrent de Pareis hacen de él uno de los más referenciados de Europa. Mortitx, con sus aguas excavando en mitad de un espectacular lapiaz que se alza desde la base del mar... Las cuevas turísticas son un atisbo de lo que sólo los espeleólogos podemos disfrutar. También están el espeleo-buceo, psicobloc, BTT...

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