Madrid 2020 ha cambiado por completo la vida de Theresa Zabell Lucas (Ipswich, Reino Unido, 1965). La doble campeona olímpica de vela (470) se ha convertido en la imagen, la embajadora de la candidatura de la capital española para acoger unos Juegos Olímpicos que persigue con ilusión nuestro país.
La consejera delegada de Relaciones Internacionales y también vicepresidenta del Comité Olímpico Español ha pasado unos días en Mallorca, donde ha desconectado antes de iniciar el tramo decisivo que nos llevará hasta el 7 de septiembre. Ese día, en Buenos Aires, el COI decidirá entre Madrid, Tokio o Estambul. De las gestiones y contactos de Zabell dependerá en buena medida que la tercera intentona consecutiva sea la definitiva. Y sus vibraciones son las mejores.
—A mes y medio para conocer la decisión del COI, ¿cuáles son las vibraciones que se sienten en la candidatura?
—Queda poco tiempo y tenemos que trabajar mucho todavía. Estamos con ilusión y ganas de darlo todo en la recta final y de que llegue el 7 de septiembre para conocer el resultado. Tokio y Estambul son dos rivales fuertes, que están haciendo una campaña impresionante. En esta fase es en la que todos vamos a apretar más, a medida que se acerque el momento decisivo, sin perder de vista el objetivo final.
—¿Ha llegado ya el momento para Madrid 2020?
—Eso no lo tenemos que decidir nosotros, sino los miembros del COI. Ojalá lo sea, aunque estamos haciendo todo lo necesario para demostrarles y hacerles ver que es nuestro momento. Tenemos un gran proyecto, con el 80% de la infraestructura deportiva realizada, sólo cuatro sedes permanentes que construir y una ciudad preparada. Además de un presupuesto ajustado, de 1.900 millones de euros, el más bajo de los últimos tiempos en la historia del olimpismo. Es un nuevo modelo que da la oportunidad de demostrar que se puede hacer más con menos, y puede animar a otras muchas ciudades a presentarse.
—¿Qué impresión les han dejado las últimas presentaciones del proyecto?
—Las sensaciones son mejores que antes. Creo que ahora tenemos una impresión mejorada respecto a anteriores fechas, pero queda un mes y medio por delante hasta la votación final, y debemos seguir yendo día a día, sin cometer ningún error y que todo lo que pase en el país nos acompañe. No podemos fallar, pero también necesitamos que la coyuntura en España, en todos los aspectos, nos sea favorable.
—¿A quién se teme más a estas alturas, a Tokio a Estambul, a las dos a la vez...?
—Las dos ciudades rivales son muy fuertes. Cada una tiene aspectos muy positivos para poder ganar, y creo que han hecho una gran labor, cada una desde un punto de vista muy diferente en lo que es su campaña. Hay que temer a las dos por igual. Quizás la sensación es que últimamente ha subido un poco más Tokio que Estambul. En este mes y medio puede pasar alguna cosa que desequilibre la balanza y no podemos infravalorar a nadie. Lo que no tenemos que pensar es que vamos por delante de ellas. Hay que trabajar pensando que estamos por detrás y luchar estas semanas para superarlas.
—¿Les preocupan las teorías que surgen sobre estrategias geográficas o políticas que siempre rodean a esta elección?
—Son 105 miembros del COI y creo que a cada uno de ellos hay que tratarlo individualmente, no podemos empezar a hablar de grupos. Es cierto que hay algunos que se agrupan por ciertas razones o afinidades, pero en general hay que hablar de personas concretas, con un pensamiento individual. A veces hay dos miembros de un mismo país que a lo mejor no piensan ni van a votar lo mismo. El voto europeo, o pensar que habrá otras ciudades del continente (París), que se quieren presentar para los Juegos de 2024, pues es algo que siempre lo hemos tenido en cuenta. También hay miembros de otros continentes que puede que no voten a la candidatura del suyo. Sabemos de personas muy afines a nosotros, de otras que no lo son, y de muchas que pueden serlo, y con ellas vamos a trabajar hasta el último segundo.
—¿Cuál es la gran baza, el punto en el que se incide con más fuerza para convencerles?
—Tener construida buena parte de la infraestructura supone que no daremos ningún tipo de problema al COI en cuanto a las fechas de entrega de obras e instalaciones. Nos podremos dedicar a lo que más importa: el deporte y los deportistas. Estamos listos para acoger estos Juegos, y por encima de todo, hemos conseguido algo que se valora mucho en el mundo del olimpismo. Y es que lo que prometimos para las candidaturas de 2012 y 2016 se ha cumplido, y no podemos olvidar que hemos celebrado 78 Campeonatos del Mundo en España, además de 85 Europeos. Hay más de 300 eventos internacionales de alto nivel, y me atrevería a decir que no hay otro país que lo haya hecho. Esto es una garantía. En España se vive el deporte con pasión.
—¿Se percibe la sensación de que los Juegos pueden ser el ‘salvavidas' para el deporte español?
—Madrid 2020 puede acabar de ser un nuevo empujón para nuestro deporte. El COI sabe que unos Juegos le hacen bien a la ciudad y su país, pero nosotros no tenemos que hacer ver que la razón por la que queremos los Juegos es para rescatar a nuestro deporte. Debemos venderles lo bueno que sería para el movimiento olímpico que se celebraran aquí.
—Poder ganar una medalla olímpica en casa es un sueño. Usted lo hizo realidad en Barcelona 92. ¿Qué se siente en ese momento?
—El deporte base, que es lo importante, son muchos niños que entrenan cada día. Campeones olímpicos lo llegan a ser pocos, pero participar en unos Juegos debe ser el sueño de todos, que se levanten cada mañana con esa ilusión. Algunos lo consiguen y son unos privilegiados. Esa es la magia de los Juegos Olímpicos y lo que los hace especiales. Conseguir un oro ante tu gente es un privilegio, porque la gané y lo hice en casa. Por eso, me gustaría que otros jóvenes pudieran disfrutar de esta experiencia en Madrid. Eso es lo que me mueve a estar en el proyecto.
—¿El hecho de que el COE haya asumido directamente el mando de la candidatura es una garantía para los votantes?
—Sí lo es, porque lo que los miembros del COI valoran es saber que las personas con las que tratan van a estar durante todo el proceso, hasta el final. Y esa es la garantía que en su día Sebastian Coe dio al frente de Londres 2012, por ejemplo. En las anteriores candidaturas, no tuvieron esa sensación de estabilidad, y ahora sí que existe.
—¿Qué labor o dificultad lleva consigo ganarse y trabajarse cada voto?
—Cada persona es un mundo. No es lo mismo tener que relacionarte con un latino que con un asiático o con un anglosajón... A algunos les gusta el trato directo, otros son más fríos, a través de unos estableces redes de contacto con otros... Hasta que descubres y conoces a cada uno de ellos y sabes cuál es la puerta de entrada, pueden incluso pasar varios meses. Es una labor compleja, pero de ahí han salido relaciones que quedan para toda la vida.
—Palma perdió la subsede de vela en beneficio de Valencia. Pese a ello, el concepto de nuestro campo de regatas sigue en lo más alto...
—El de Palma, para mí, sigue siendo uno de los mejores campos de regatas de este país y del mundo, pero también para toda la gente de la vela. Fue una decisión muy difícil de tomar, pero entraba dentro de la filosofía de la candidatura: hacer más con menos. Una de las premisas era que todas las subsedes debían estar conectadas por tren de alta velocidad, y en eso Valencia salía ganando. Además, debíamos utilizar infraestructuras ya existentes, y allí ya tenemos las construidas para la Copa del América, mientras que en Palma se tendría que invertir en nuevas. Esas han sido las únicas razones, sabiendo que a la familia olímpica le hubiera encantado venir a Palma, pues es un lugar con tradición y maravilloso para la vela, contando con experiencia en Mundiales y eventos como el Princesa Sofía.
—¿Se recibe con buenos ojos el ofrecimiento de que Palma sea ciudad de entrenamiento de los equipos y deportistas que participen en los Juegos Olímpicos?
—Y seguro que Palma y Mallorca lo harán y muchos comités olímpicos vendrán aquí, porque hay buenas infraestructuras para entrenar y, además, es un enclave perfecto porque a muchos deportistas les gusta acercarse a la sede de los Juegos. Y aquí Palma ofrece unas condiciones ideales. Si Madrid es olímpica, Mallorca saldrá ganando, le puede traer muchos beneficios ser lugar o ciudad de entrenamiento y debe ponerse a trabajar en ello.