El serbio Novak Djokovic salvó cinco bolas de partido y se coronó campeón del Masters 1.000 de Shanghái al derrotar a Andy Murray en la final por 5-7, 7-6 (11) y 6-3, y acabar con el reinado del británico, campeón en los dos últimos años.
Murray llevaba un perfecto récord de 12 victorias en la capital económica china y estuvo a punto de aumentar su ventaja, pero la tenacidad del jugador de Belgrado fue superior y también su forma física para imponerse en un tremendo maratón de tres horas y 21 minutos.
Con la final de hoy, Djokovic completaba el círculo en los nueve torneos Masters 1.000 donde ha disputado ya todas finales, ganando siete de ellos en su carrera, superando incluso al suizo Roger Federer y al español Rafael Nadal, que también han disputado las nueve finales pero han triunfado en seis.
La victoria número 70 del año de «Nole» le llevó a decir en chino que Shanghái era su «segundo hogar». El primero desde luego es Pekín donde ganó el domingo por tercera vez al derrotar al francés Jo-Wilfried Tsonga en la final.
En el Estadio Qi Zhong, el serbio ha conservado el juego agresivo que mostró la semana pasada, cuando también ganó cinco partidos, cediendo un solo set, para repetir la hazaña en ésta con idénticos números.
El primer set fue de locura con siete roturas. Un auténtico carrusel de despropósitos de ambos jugadores, obsesionados casi más en restar con profundidad y agresividad que en conservar su saque.
Djokovic estuvo a dos puntos de ganar este parcial en el décimo juego, con saque de su rival, por eso cuando Murray se hizo con la séptima rotura (6-5), el serbio destrozó su raqueta golpeándola con furia cuatro veces contra el suelo para expresar su desesperación.
Marian Vajda, el entrenador de Djokovic, ni se inmutó, y transmitió tranquilidad a su pupilo. Murray seguía jugando casi al límite con veloces desplazamientos y ajustando sus golpes a las líneas, y así dispuso de 5-4 y servicio para apuntillar su victoria.
Tuvo el de Dunblane la primera bola de partido en ese décimo juego pero su derecha se fue fuera, y Djokovic apretó los dientes para forzar un desempate que empezó liderando 3-1, y en el que luego necesitó de toda su concentración para salvar otros momentos de K.O. más, en un interminable juego que duró 20 minutos.
Djokovic igualó el partido al ganar el cuarto punto de set en este juego corto con un buen servicio y una volea certera, y ambos se encaminaron al definitivo set, sabiendo el británico que sus fuerzas estaban muy justas.
Una rotura en el séptimo juego de este set, dio ventaja al serbio que ganó el encuentro con Murray visiblemente afectado por calambres en su pierna izquierda, y con una movilidad casi nula. El de Dunblane salvó no obstante dos bolas de partido, pero a la tercera su revés se fue lejos de la línea de fondo.
Djokovic levantó los brazos, más orgulloso que nunca. El día antes no quiso mencionar la palabra venganza, por sus derrotas en las semifinales de los JJ.OO. de Londres y luego en la final del Abierto de EE.UU. ante Murray, pero su victoria de hoy le supo a gloria.
Murray, por su parte, vio su sueño hecho añicos. Después de derrotar a Roger Federer en semifinales, tuvo en su mano imponerse a los dos mejores de la lista por segunda vez este año, repitiendo su hazaña en los Juegos Olímpicos.
El de Shanghái es el quinto título del año de «Nole» que ha ganado antes en el Abierto de Australia, Miami, Toronto y Pekín, y el 33 de su carrera, recompensado con un cheque por 689.450 dólares y 1.000 puntos ATP que le consolidan aún más en la segunda plaza, al acecho de Federer.