El Menorca anunció ayer que desaparece. De no mediar un milagro, de esos que no suceden, y alguien consiga 900 mil euros en seis días para que la SAD pueda afrontar la LEB, el proyecto de baloncesto de elite en la Isla ha llegado a su final. Así lo explicó ayer Benito Reynés en una comparecencia de prensa expresamente convocada para comunicar la defunción del gran estandarte del deporte insular. El presidente de la SAD, con voz quebradiza, incidió en la «imposibilidad» de reunir los dos millones de euros que la ACB exigía para ayer antes de las 16 horas, lo que por elevación agota todas las vías de subsistencia del club.
En concurso de acreedores desde un año atrás, con una deuda que rebasa en poco los siete millones, la SAD de Maó se encomendó a las gestiones del Govern Balear para lograr el capital necesario. Sin embargo, al no fructificar las mismas –si en realidad se han llevado a término, lo que el Menorca pone en duda–, el consejo de administración ha «arrojado la toalla» y opta por la disolución, ya que el juez que instruye su caso bajo ningún concepto habría suscrito el plan de viabilidad ante la ausencia de una previsión de ingresos. Aconsejado por los administradores concursales, el Menorca echa el candado e iniciará en las próximas fechas el complejo proceso de disolución.
Reynés subrayó en su alocución que «es un día triste para el deporte menorquín y uno de los más tristes de mi vida». «Sabía que era una posibilidad, pero no podremos asumir el ascenso a la ACB; hemos realizado infinidad de gestiones con empresas de medio mundo para lograr un patrocinador solvente y mantener el nombre de Menorca en la mejor liga, pero ha sido imposible», siguió el mandatario.
De inmediato, Reynés recrudeció su discurso. «Quizá he sido muy ingenuo al confiar en Morente y el Govern, pero ha quedado claro que nuestros políticos no tienen peso en Mallorca; no hay derecho que de los 19 millones para deportes solo haya 400 mil euros para Menorca. No queremos nada de sanidad o educación, y si fuera un equipo mallorquín, ya lo habrían arreglado», relató Reynés.
«Los administradores nos han impuesto la disolución, lo hemos intentado, por lo que no creo que ahora en cinco días podamos salir en LEB, a no ser que el Govern o alguien ponga dinero. Es imposible», abundó el dirigente. «Todos tenemos responsabilidades, pero el Govern fue uno de los instigadores del proyecto, quizá ahora pudo hacer más. Ha sido extraño, no sabemos con quién ha negociado el Govern, nos comentaron a última hora que había un banco ruso, pero no quisieron darnos las señas...», continuó Reynés. «El Govern nos ha toreado», apostilló el consejero de la SAD, Juan Reynés. «Durante estas dos semanas nos dijeron que negociaban para que estuviéramos tranquilos y no presionáramos a través de otras vías, pero no han hecho nada», remató el mismo.
«Yo he realizado muchas gestiones por mi cuenta, con Israel, alemanes, ingleses... pero no pudo ser», aclaró el presidente. «Lo siento por los acreedores, pero no hay solución; sería muy fácil salir sin pagar, pero queremos ser responsables», detalló el presidente. «Me siento responsable, pero mi gran error fue asumir la presidencia con una deuda de siete millones y que hemos reducido; no sabía realmente como estaba el club hasta que me convertí en presidente», recalcó el mandatario menorquín .
«Formamos un equipo competitivo para estar arriba y no perder la masa social, lo que hemos conseguido. Tal vez con un equipo mediocre habríamos perdido eso, y los tiempos que corren no han ayudado. No tenemos peso en Palma, y espero que nuestros políticos se den cuenta de todo lo que hemos perdido; el club cierra, sigue La Salle como cantera, pero no sé que sucederá, nosotros nos vamos», añadió Reynés. Al margen, para sentenciar, el presidente sugirió a la ACB «que revise sus exigencias. A este paso, está claro que nadie podrá ascender».