El proceso de reconversión del Atlètic Balears en SAD ha llegado a su etapa definitiva tras finalizar las tres fases que se abrieron con el fin de alcanzar los 1,4 millones de euros de capital social. Una vez cubierta esta cifra, resta convocar a la nueva junta de accionistas y que sea el nuevo consejo de administración el encargado de dirigir los destinos del club.
En el gráfico que apoya a esta información se especifica el reparto accionarial de la SAD blanquiazul, un reparto en el que destaca el porcentaje de la familia Cursach, que se ha hecho con el 66,43% de los títulos del Atlètic Balears, pasando a ser el máximo accionista y confirmando su implicación en el proyecto. Bartomeu Cursach, máximo responsable de Inverfútbol, es la columna principal del Atlètic y a partir de ahora lo será más que nunca, aunque siempre compartiendo y consensuando las decisiones con el segundo máximo accionista, el presidente Fernando Crespí, que controlará a través de su familia un total del 12,14% de los títulos.
La otra pieza del triángulo es la familia Horrach, que se ha hecho con un 5,14% de los títulos. A partir de ahí un nutrido grupo de accionistas han suscrito títulos por valor de entre un 2 y un 1 por ciento. En este grupo se encuentran la Familia Mérida, Gregorio Matamalas, la familia Vives, Fernando Miró, la familia Arnaiz y el vicepresidente Tomeu Salas.
La Fundació Atlètic Balears y la Procampo, con la que ahora existe un acercamiento, ostentan también el 1% de los títulos, mientras que también se han sumado al proyecto un total de 77 accionistas minoritarios, que en total cuentan con el 6,14 % de los títulos.
Una vez finalizado el proceso de conversión, el club pasará a estar dirigido por un consejo de administración cuyas principales referencias serán Curasch, Crespí y Horrach. El presidente ha hallado en el propietario de Iverfútbol y en el empresario hotelero dos sólidos apoyos para conseguir que el Atlètic pueda consolidarse en el fútbol profesional.
Mañana, ante el Lugo, el club se juega la opción de seguir luchando por ascender a Segunda A, un objetivo que se aventura clave para que la entidad prosiga su lógico proceso de crecimiento. No ascender significaría ralentizar una marcha ahora imparable.