El español David Ferrer desafiará mañana al británico Andy Murray, defensor del título y el jugador más en forma del momento, en la final de Masters 1.000 de Shanghái, tras vencer a su compatriota Feliciano López y al japonés Kei Nishikori, respectivamente.
Ferrer ganó a Feliciano López, en la mejor semifinal del día, por 6-7 (5), 6-3 y 6-3, en dos horas y once minutos. Para Murray doblegar a Nishikori por 6-3 y 6-0 fue un paseo de menos de una hora.
Al final las previsiones se cumplieron y los dos jugadores de mejor ránking lucharán por el penúltimo título Masters 1.000 de la temporada. En el caso de Ferrer, es algo que le hace especial ilusión porque aún no ha ganado ninguno aún, tras ceder en Roma en 2010 contra Nadal y en Montecarlo este año, ambos en tierra, también con el actual número dos del mundo.
Los recuerdos del estadio Qi Zhong, donde en el 2007 alcanzó la final de la Copa Masters, y donde ganó a Novak Djokovic, Nadal y Richard Gasquet en la primera fase, para eliminar a Andy Roddick en semifinales y luego ceder únicamente contra Roger Federer en la final, parecen haber animado a Ferrer, que tras lograr la victoria contra Feliciano, cayó de rodillas gritando de alegría.
No es para menos, pues el de Jávea, que ya tuvo que salvar tres puntos de partido contra Juan Carlos Ferrero, lleva los tres últimos partidos disputados a tres sets. Y en todos ellos ha perdido el primer parcial, aunque luego ha sabido remontar con energía. Además, contra Feliciano tenía un récord desfavorable de 1-6 en pista rápida.
Ferrer tuvo el primer parcial en su mano al dominar el desempate por 4-1 y luego por 5-4, pero 'Feli' jugó soberbio los tres siguientes puntos y ganó el set. Ferrer sacó entonces esa vena de rabia que le caracteriza y en el cambio de pista golpeó el poste de la red con su raqueta, mostrando su enfado.
A partir de ahí el valenciano tomó el mando del encuentro y su resto y regularidad desde el fondo de la pista se fueron imponiendo. Su mejora con el servicio (lanza la bola más alta y golpea más fuerte) le llevó a acabar con 11 saques directos, uno menos que Feliciano, y su resto sirvió para romper al toledano tres veces, suficiente ventaja para ganarle, y recortar diferencias en sus enfrentamientos, 6-5 ahora para 'Feli'.
Murray posee ya siete títulos Masters 1.000, el último de ellos ganado este año en Cincinnati y lleva 13 partidos consecutivos ganados desde que perdió en las semifinales del Abierto de Estados Unidos. Esa es su mejor credencial para la final.
Su buen juego le ha llevado a ganar dos títulos consecutivos en la gira asiática, Bangkok y Tokio, para sumar ya cuatro esta temporada (también obtuvo el de Queen's) además de alcanzar la final del Abierto de Australia y otras cinco semifinales más.
Su victoria ante Nishikori fue un auténtico paseo. Ganó los ocho últimos juegos consecutivos, solo cedió doce puntos en el último parcial, no concedió ni una sola oportunidad de rotura, y terminó el partido con solo ocho errores no forzados. Lo mejor es que aunque lleva muchos partidos seguidos a sus espaldas, hoy apenas quemó energías.
El jugador japonés, primer asiático en alcanzar una semifinal de Masters 1.000 desde el tailandés Paradorn Srichaphan en Indian Wells en 2006, hizo lo que pudo ante el actual campeón del torneo, pero le faltó la chispa con la que se impuso al francés Jo-Wilfried Tsonga, al colombiano Santiago Giraldo y al ucraniano Alexander Dolgopolov. Sale de Shanghái, no obstante, como el mejor japonés en la historia del ránking, en un puesto cercano al 32.
Murray y Ferrer se han enfrentado en siete ocasiones, con 4-3 para el británico que la semana pasada se impuso al español en las semifinales de Tokio, por 6-2 y 6-3.