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Rolland entra en la leyenda y Andy Schleck es el nuevo líder

Contador se escapa en el primer puerto y es neutralizado en Alpe d'Huez

Contador aparta a un espectador que le molesta mientras disputaba la decimonovena etapa del Tour de Francia. | LIONEL BONAVENTURE

| Galibier |

El francés Pierre Rolland (Europcar) entró en la leyenda del Alpe D'Huez al imponerse en su mítica cima por delante de los españoles Samuel Sánchez, nuevo rey de la montaña, y Alberto Contador, mientras que el luxemburgués Andy Schleck (Leopard) se convirtió en nuevo líder a falta de la contrarreloj de Grenoble, en la que defenderá 57 segundos de ventaja sobre el australiano Cadel Evans (BMC), favorito número uno.

Alpe D'Huez encumbró a Rolland, el gregario del anterior líder, Thomas Voeckler, un chico de 24 años, sin apenas experiencia ni palmarés, que ha estado todo el Tour al lado de su jefe de filas peleando entre los mejores, y que aún tuvo fuerzas para soltar la compañía de Samuel Sánchez y Alberto Contador y alcanzar la gloria en una de las cimas míticas del Tour de Francia.

Descalabro

Andy Schleck (Leopard), menos agresivo que la víspera, se puso el maillot amarillo tras el descalabro de Voeckler, que cedió en meta 3.25 minutos, pero no pudo distanciar a Cadel Evans (BMC), a su rueda todo el ascenso. Separados en la general por 57 segundos, se jugarán el Tour en la cronometrada de Grenoble sobre un recorrido de 42,5 kilómetros, favorable al australiano.

La decimoctava etapa, entre Modane Valfréjus y Alpe D'Huez, de 109,5 kilómetros, la más corta de la presente edición del Tour, tuvo como protagonista a Alberto Contador, quien subió al podio para un premio menor, el de corredor más combativo de la jornada.

El madrileño se lo ganó a pulso. Atacó en el kilómetro 17, al inicio del Telégraphe, y destrozó la carrera. Resistió Andy Schleck, pero cedieron Frank Schleck, Evans, con problemas mecánicos, Ivan Basso y Voeckler. En la cima perdían 1.36 minutos.

La diferencia no fue a más y se redujo en el Galibier, que acogía el segundo paso de la carrera. Cadel Evans tomó el mando en las operaciones de caza y éstas tuvieron efecto una vez finalizado el descenso, a 25 kilómetros de meta. Comenzaba otra etapa en espera de la subida al Alpe D'Huez, donde esperaban las 21 curvas repartidas en 13,8 kilómetros al 8 por ciento de desnivel.

Ambiente espectacular en las cunetas del puerto, donde los nombres de los vencedores son recordados con carteles en cada uno de sus giros. Estaba en juego un triunfo deseado por cualquier ciclista. A las primeras de cambio, Alberto Contador volvió a demarrar tras un tímido ataque inicial de Evans.

Otro órdago del ciclista de Pinto, otra vez de lejos, a 12 de meta. Se marchó del grupo de favoritos, alcanzó a Rolland y al canadiense Hesjedal (Garmin), que abrían carrera, y se levantó entre la multitud para abrir cerca de un minuto sobre los ilustres.

Marcar el ritmo

Por detrás marcaba el ritmo Andy Schleck y Evans subía a rueda, sin inmutarse, encontrando a cada metro más opciones de ganar el Tour. De ese control surgió el ataque de Samuel Sánchez a 8 de meta. El campeón olímpico se encontró con Rolland y juntos enlazaron con Contador a 2.500 metros de la pancarta. El vencedor del Giro, que le soltó un sopapo a un espectador que le agobió en plena ascensión, ya iba justo de fuerzas y acabó cediendo en la lucha por la victoria.

No hubo mucha discusión, pues Rolland, sin las ataduras de defender a Voeckler, que sufría un calvario en las rampas de Alpe D'Huez, soltó al español y se fue directo hacia la gloria, a poner su nombre junto a los de Armstrong, Pantani, Hinault, Coppi.... Un «anónimo» ya inolvidable. Según la tradición del Alpe d'Huez, el que sale de líder en su cima tiene muchas opciones de ganar el Tour. Andy Schleck tiene a su hermano Frank a 53 segundos. A Evans a 57. El reloj de Grenoble tiene la palabra.

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