El pelotón del Tour de Francia recibió como una bendición la primera jornada de descanso después de una semana marcada por las caídas, que han dejado múltiples heridos, mientras que los favoritos ya piensan en las etapas de los Pirineos, entre ellos Alberto Contador, quien a pesar de sus molestias en una rodilla cree llegará a la montaña «en las mejores condiciones». La tranquilidad del pelotón solo se vio agitada por la exclusión del ciclista ruso Alexandr Kolobnev (Katusha) tras dar positivo en un control antidopaje del Tour del 6 de julio por hidroclorotiazida.
Ningún corredor de los 180 supervivientes del Tour dejó de comentar los efectos devastadores de la primera semana de carrera. Muchos ciclistas, favoritos incluidos como Wiggins, Brajkovic y Vinokurov se fueron a casa, otros siguen en carrera con heridas y dolores que pudieron aliviar en un día de reposo.
No obstante, la jornada de descanso se cobró el primer positivo de la ronda gala, el de Alexandr Kolobnev, por hidroclorotiazida, una sustancia que tiene propiedades diuréticas y sirve para ocultar otros productos.
El Tour avanza y se aproxima la hora de la verdad. Dos etapas de transición, que no de trámite, pondrá al pelotón en los Pirineos. El jueves empieza la fiesta, el terreno Contador, con una etapa que incluye tres puertos considerables, dos de leyenda, el Tourmalet y Luz Ardiden.
El triple vencedor del Tour tendrá que empezar a limar diferencias, «sin obsesión porque luego quedan los Alpes y la contrarreloj final», pero asumiendo su papel de hombre a seguir por todos sus rivales.
Tras la jornada de descanso, el Tour de Francia afronta la primera de las dos etapas de transición que llevan hasta los Pirineos, una jornada de media montaña, con cuatro puertos puntuales, pero con un final en plano que abre la opción al esprint.