Efe|PORTLAND
Por primera vez en lo que va de temporada el pívot Greg Oden estuvo acertado en ataque y defensa para que los Trail Blazers de Portland ganasen (122-98) a los Bulls de Chicago y Rudy Fernández pudiera celebrar su partido número cien en la mejor liga del planeta con un triunfo y el liderato en la División Noroeste.
Oden aportó un doble-doble de 24 puntos, empató su mejor marca como profesional, y capturó 12 rebotes con dos tapones, para encabezar el ataque de los Trail Blazers, que tuvieron a cinco jugadores con dobles dígitos, incluido el escolta mallorquín Rudy Fernández, que fue el líder en los tiros de larga distancia.
Tras una fase irregular en el inicio del curso, el ex jugador del DKV Joventut mantiene una trayectoria al alza en los últimos compromisos de la franquicia de Oregón y está ganando peso en los esquemas de Nate McMillan. Sin ir más lejos, ayer, Fernández jugó 19 minutos para anotar 5 de 7 tiros de campo, incluidos 3 de 5 triples, y falló el único tiro de personal que hizo, capturando tres rebotes, repartiendo tres asistencias y perdiendo una vez el balón.
Los Trail Blazers tuvieron un 57'5 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 40 (6-15) de triples, comparados al 46'3 y 46'2 (6-13), respectivamente, de los Bulls. Rudy jugó un papel determinante para mejorar las prestaciones en el tiro exterior, mientras que Oden se encargó de marcar las diferencias en la pintura.
El pívot seleccionado con el número uno en el sorteo universitario del 2007, anotó 7 de 8 tiros de campo y 10-12 desde la línea de personal para que los Trail Blazers concluyen el partido con la anotación más alta en lo que va de temporada. Mientras que el alero LaMarcus Aldridge también recuperó su mejor rendimiento individual para aportar otro doble-doble de 24 puntos y 13 rebotes, pero falló 6 de 16 tiros de campo.
La gran labor de ambos bajo los aros no dio opción a que los atacantes de los Bulls tuviesen una segunda oportunidad después que los Trail Blazers concluyesen el partido con 47 rebotes por tan sólo 27 del equipo de Chicago, que perdieron su quinto partido consecutivo en el Rose Garden de Portland.