Juan Carlos Quiñones|LOGROÑO
El Mallorca B siguió con su inmaculada trayectoria gracias a su contundente triunfo por 1-3 ante la UD Logroñés. El filial, que encadenó su cuarta victoria consecutiva, exhibió todo su potencial ofensivo en Las Gaunas logrando una victoria que justificó con su superioridad desde el mismo inicio.
El juego comenzó como se esperaba. Con el dominio y la posesión del esférico por parte del conjunto balear que, gracias a su mediocampo lleno de calidad y de sentido colectivo, le permitió manejar el ritmo y controlar las contras del rival. Sin embargo, fue la UD Logroñés la que golpeó primero en el minuto 23 con un tanto de Molina, tras una buena jugada de laboratorio por el costado derecho riojano.
Esta situación no desestabilizó a su adversario, que mantuvo la calma y que siempre confió en su estilo para darle la vuelta al marcador, algo que empezó a fraguarse en el minuto 42 tras una gran jugada colectiva iniciada por Pereira por banda diestra que permitió a Nacho llegar hasta el fondo de la línea en donde metió un centro preciso que Pina definió a placer. Tres minutos después fue Truyols quien logró el 1-2 con un efectivo cabezazo tras un saque de esquina bien botado por Pereira, la gran figura en la mañana de ayer por su gran capacidad de desequilibrio, potencia, velocidad y desborde. Con este gol psicológico se alcanzó el descanso.
La segunda mitad no cambió en su desarrollo por la incontestable autoridad de un Mallorca B, que siguió con la posesión abrumadora del esférico y que gracias a ello supo eliminar los propósitos de ataque de un Logroñés cada vez más ansioso por adueñarse del cuero en pos de acercarse a la meta de Nauzet, espectador en la segunda parte producto de la seguridad de su defensa y el gran criterio de juego mallorquinista que pronto le llevó a sentenciar la contienda.
De este modo, en el minuto 64, una gran acción de equipo que Nacho se encargaría de resolver con un lapidario testarazo, le permitía a los canteranos cerrar el partido con 1-3. El Mallorca B no sufrió hasta la finalización de los noventa minutos de juego. El triunfo se consolidó con su superioridad y la tranquilidad.