El Barcelona hizo lo justo en ataque para llevarse el partido ante el Dinamo de Kiev (2-0), contra el que sumó su primera victoria de la liguilla que le lleva a liderar el grupo F, tras el empate del Inter contra el Rubin (1-1) en Rusia.
Como ya es habitual en el Barça de Guardiola, el conjunto azulgrana marcó un ritmo alto de partido desde el arranque, con la intención de buscar la desigualdad cuando antes. Pero el fútbol del Barcelona fue impreciso, carente de autoridad y se topó ante un Dinamo que no puso ningún reparo en llevar el balón al área de Valdés en multitud de ocasiones.
Dos disparos casi seguidos de Messi, en el minuto 2 y 7, dieron paso a las primeras aproximaciones del Dinamo, que en el minuto 8 dispuso también de su primera ocasión cuando Schevchenko recogió un balón, tras un encontronazo entre Piqué y Puyol, y disparó demasiado alto. En el minuto 14, el Barcelona reclamó penalti en una acción de Iniesta, y un minuto después una falta de Vukojevic propició un lanzamiento directo de Xavi que se topó con la barrera del conjunto ucraniano.
Seis minutos después, el Dinamo estructuró su mejor llegada al área barcelonista y en dos acciones seguidas pudo marcar, con disparos de Milevskiy y Vukojevic, siendo éste último desviado por un compañero.
El Barça fue menos condescendiente y cinco minutos después, tras una nueva acción ofensiva de los ucranianos, Messi marcó un gran gol (1-0), tras conducir y regatear a un rival, aunque el portero Shovkovskiy, que cuajó una gran primera parte, no estuvo acertado al intentar detener el balón en la base del poste.
Con el gol a favor, el Barça logró lo que tanto le costó durante veinticinco minutos, que no fue otra cosa que controlar el partido. El Dinamo ya no creyó en sus posibilidades, retrasó las líneas y el encuentro adquirió el ritmo marcado por Xavi, Touré y Keita.
Iniesta dejó algo fundido el campo en el segundo tiempo y entró Pedro, el joven barcelonista que mantuvo un buen nivel por la banda derecha, por donde el Barça canalizó su caudal ofensivo durante algunos minutos, aunque el verdadero peligro lo condujo el Barca por la banda del argentino, a pesar de que Messi en el minuto 73 ya había perdido doce balones.
En el 66, Ibra controló en el área y disparó con la izquierda, con nueva intervención del meta Shovkovskiy. El golpe definitivo llegó en el 76, cuando Pedro envió con un suave toque a la base del poste donde esta vez el meta no llegó a atrapar el balón (2-0).