El deporte balear tiene dos nuevas razones para sentirse orgulloso. El oro que se colgaron anoche al cuello el mallorquín Rudy Fernández y el menorquín Sergi Llull supone otro paso al frente para la canasta isleña, que en los últimos tiempos se está acostumbrando a encadenar un éxito tras otro.
Rudy no ha hecho más que agrandar un palmarés rebosante. Él y Gasol han sacado a la selección del laberinto en los momentos más delicados, tal y como acredita su inclusión en el quinteto ideal del torneo. Con 109 puntos y 28'4 minutos de media por partido, el palmesano ha vuelto a cautivar a la afición rojigualda. Y sus porcentajes no dejan espacio a las dudas: 61'8% de acierto en lanzamientos de dos; 36'6% en triples, 88% en tiros libres y 3'5 rebotes de media. Un lujo para Scariolo y para todo el baloncesto español.
Sergi Llull también ha acariciado la gloria en Polonia, aunque antes de eso también ha vivido momentos duros. El más significativo de todos, en el partido de la segunda fase contra Turquía, donde la selección tocó fondo antes de introducirse en la senda de la victoria. Él lideró el último ataque del combinado y su error desembocó en una declaraciones explosivas de Marc Gasol, con el que ha compartido habitación durante el Eurobasket. «Es complicado que ocurran estas cosas, pero teniendo a Pau en el campo es difícil pensar en jugarse la última posesión con el chico que ha llegado el último, es algo raro y pasan estas cosas», sentenciaba el catalán, que al cuestionar las decisiones de Scariolo casi se lleva por delante al balear.
Sergi Llull destacó tras el paseo ante Serbia que el equipo acababa de «hacer historia». «Es impresionante y no tengo palabras para describir lo que siento. Acabamos de hacer historia y este equipo es muy grande», dijo el mahonés.
El jugador añadió que la medalla tiene un sabor especial: «Se dice que cuando se sufre se disfruta luego más. En la primera fase lo hemos pasado canutas, pero estábamos muy concentrados desde cuartos. El grupo es la clave y todos hemos aportado nuestro granito». El menorquín tiene motivos para estar contento. En los nueve partidos que ha jugado (a un promedio 11'8 minutos sobre la cancha), ha anotado 36 puntos y ha completado unas estadísticas más que aceptables: 62'5% en tiros de dos; 44'4 en tiros de tres y 80% en tiros libres.