El 4 de octubre de 2007 rachas de viento de 110 kilómetros por hora azotaron Son Moix y 715 días después sigue sin ofrecer síntomas de recuperación. El techo de la zona del pabellón es la única novedad que presenta un recinto en el que en dos años se han invertido 3'5 millones de euros de los 18'5 que se presupuestaron para su reforma integral. El Institut Municipal de l'Esport (IME) no ofrece fechas para su reapertura y señala que el factor económico es el único motivo del retraso.
Desde marzo no se ha abordado ninguna nueva fase de la remodelación ante la falta de nuevas inyecciones económicas. El concejal d'Esports, Baldomero Oliver, señala que si no llegan las partidas de la regiduría d'Hisenda no se pueden abrir los concursos para más reformas y, por este motivo, la retirada de la cubierta y los escombros son prácticamente los únicos avances que se han realizado. El dinero destinado a la remodelación proviene de la Llei de Capitalitat y precisa de un acuerdo entre el Govern y Cort para aprobarse la inversión. La burocracia se ha convertido en el obstáculo al que aluden los responsables del departamento de Esports del consistorio palmesano.
El IME aprecia que la recuperación de Son Moix precisa de una reforma integral para adaptarse a las nuevas normativas de acessos e higiene (ventilación, luz exterior, etc.) y todavía falta mucho por hacer. Todavía faltan por empezarse los cerramientos laterales, la una nueva grada, la pista, los nuevos vestuarios, el túnel de acceso para ambulancias, el ascensor o los accesos para discapacitados, entre otros, aspectos de una reforma que se agrava en la pare de la piscina. Y es que la necesidad de cubrirla y hacerla completamente nueva es la única salida para su recuperación.
Alrededor de 3.000 personas pasaban diariamente por las instalaciones de Son Moix y estos usuarios han sido asumidos por la red de instalaciones municipales. Germans Escalas y Son Hugo se vieron saturados por el trasvase de abonados y cursillistas, pero ahora la puesta en marcha de los polideportivos de Son Roca, Sant Agustí y el Toni Servera en s'Arenal han contribuido a minimizar la saturación.