FRANCIA 66 ESPAÑA 86
FRANCIA (15+17+20+14): Batum (7), Parker (6), Pietrus (3), Diaw (9), Turiaf (12) -cinco inicial-, Koffi (6), Traore (8), Diot (3), Jeanneau (3), Bokolo (2) y De Colo (7).
ESPAÑA (25+22+26+13): Rubio (8), Navarro (11), Rudy (16), Garbajosa (3), Pau Gasol (28) -cinco inicial-, Raúl (-), Mumbrú (6), Reyes (8), Marc Gasol (6), Llull (-) y Claver (-).
Àrbitros: Ilija Belosevic (SRB), Sreten Radovic (CRO) y Zoran Sutulovic (MNE). Eliminados por faltas: Turiaf y Traore.
Ricardo Molinelli |KATOWICE
España volvió a enamorar con su juego, se clasificó para semifinales y se ganó por derecho el mirar de frente a las medallas gracias a una victoria total, ante la hasta ese momento invicta Francia, a la que doblegó por 66-86 en los cuartos de final del campeonato de Europa, un resultado que, además, le garantiza su presencia en el próximo Campeonato del Mundo que se celebrará en Turquía en 2010.
Francia y España se tenían respeto, pero la selección de Scariolo se lo perdió rápido. Poco importó que Garbajosa tuviera ya dos faltas personales en el primer minuto de juego, porque dos triples de Rudy Fernández cortaron de raíz la única renta gala en el marcador, 3-0.
A golpes de triple y con una gran defensa, el equipo nacional comenzó poco a poco a abrir el marcador. Ricky defendió a Tony Parker con todo y el resto del equipo hizo lo propio con su par, componiendo una sinfonía de balones recuperados, que luego eran transformados en puntos rápidos. Al final del primer cuarto, España ganaba por diez puntos, 15-25, y, sobre todo, daba la sensación de que lo estaba pasando bien.
El seleccionador francés mantuvo a Parker y a Diaw todos los minutos posibles, aún sabiendo que podía reventarlos, pero si con ellos en pista España dominaba, con las figuras en el banquillo la diferencia podía ser de escándalo.
Francia intentó recortar diferencias en el segundo periodo y abrió su defensa para intentar ahogar los tiros exteriores. Entonces apareció Pau Gasol para anotar y seguir elevando las rentas.
Parker aguantó hasta el minuto 17, lo mismo que Diaw, pero para entonces Francia, la única selección invicta del campeonato de Europa, ya estaba herida de muerte.
El juego atlético de los franceses encontraba una rápida y eficaz respuesta en el juego técnico y preciosista de los españoles, que ahogaba cualquier conato de reacción. Al descanso, quince puntos de ventaja, 32-47.
Parker intentó echarse el equipo a las espaldas, pero a esas alturas estaba cansado. La selección española siguió jugando tranquila, buscando un pase de más para un tiro cómodo y encontrándolo la mayoría de las veces.
Desesperada
Francia, a la desesperada porque veía como sus opciones iban disminuyendo, tiraba más de individualidades y capacidad atlética, cualidad de la que anda sobrada.
Mientras, España, como los buenos artesanos, esperaba y daba el tiempo necesario para que su obra fuera adquiriendo consistencia. Con Pau al frente y 24 puntos en su haber a falta de dos minutos para la conclusión del tercer cuarto y 49-65 en el marcador.
Francia estaba desquiciada. Había quemado sus naves y a sus figuras y no había conseguido nada. Mientras, España seguía defendiendo y robando balones. Al final del tercer cuarto, 52-73.
Los galos tiraron la toalla en los últimos diez minutos, con Toni Parker derrengado en el banquillo, aunque hubo un conato de reacción con 63-75 en el marcador a falta de poco más de cinco minutos. Fue una falsa alarma. La selección pisó el acelerador y llegó a semifinales.