El director general de la escudería ING Renault F1, el italiano Flavio Briatore, y el director técnico, el británico Pat Symonds dejaron ayer el equipo para salvar a la casa francesa de una sanción ejemplar, que podía representar la salida de la misma no sólo de la Fórmula Uno, sino del automovilismo en general.
El comunicado emitido a primera hora de la tarde de ayer por Renault no especifica si Briatore y Symonds se marchan por propia iniciativa o si han sido despedidos. Así Renault, que anunció que no rebatirá el lunes en la reunión del Consejo Mundial de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) las alegaciones que presente la FIA sobre el Gran Premio de Singapur 2008, se quita lastre de encima.
Accidente de Piquet
Las filtraciones por parte de la FIA el pasado fin de semana en el Autódromo de Monza de todas los documentos referentes al caso del posible accidente voluntario del brasileño Nelson Piquet jr. el pasado año en Singapur para favorecer la victoria de Fernando Alonso (conocido como 'Singapurgate'), sembraron la inquietud entre los responsables de la escudería.
En la declaración del 30 de julio de Nelsinho Piquet ante los responsables de la FIA afirmaba que antes de la carrera de Singapur tuvo una reunión con Briatore y Symonds y fue este último el que le propuso que se accidentase en una curva en la que no había grúas ni escapatorias, entre las vueltas 13 y 14, para así obligar la salida del coche de seguridad para despejar la pista y favorecer a Fernando Alonso, que acababa de repostar y que finalmente logró la victoria.
Aunque de las conversaciones por radio entre ingenieros y piloto, no demuestran nada, la telemetría indica que en la curva del accidente siguió acelerando, aunque el número de accidentes de Nelsinho se eleva a diecisiete. Pero la declaración de Pat Symonds en el circuito de Spa, en la que decía que el asunto se trató de pasada y que fue el piloto el que propuso accidentarse y el negarse a responder a las siguientes preguntas, fue crucial para pensar en la culpabilidad de Renault.
Está claro que Max Mosley quería la cabeza de Flavio Briatore, uno de los miembros más activos de la Asociación de Equipos de Fórula Uno (FOTA) al que habían obligado a no presentarse a la reelección a la presidencia de la FIA el próximo 23 de octubre.
Como sucedió a principio de temporada con las mentiras del británico Lewis Hamilton a los comisarios del Gran Premio de Australia, que podían haber acarreado gravísimas sanciones a la escudería McLaren, que se saldó con la expulsión del equipo de su ingeniero jefe, David Ryan, y el alejamiento del director de la escudería Ron Dennis, a cambio de una reprimenda por parte del Consejo mundial, ahora Renault ha tomado el mismo camino.