Miquel Alzamora
Primer movimiento de la nueva propiedad del Mallorca y... primer tropiezo. Tomeu Vidal fue ayer nombrado presidente del consejo de administración del club, cargo al que inicialmente optaba otro abogado, José María Lafuente Balle, por expreso deseo de la familia Mingarro. Sin embargo, el que fuera secretario del Real Mallorca durante diez años en la época de Miquel Contestí, no quiso ser únicamente un presidente institucional y solicitaba poder ejecutivo y ser parte directa en las decisiones que tomara el club. Martí Mingarro y su hijo se negaron en redondo y aplicaron el 'plan b', nombrar a Tomeu Vidal, el abogado que se responsabilizó de mediar entre la nueva propiedad y Mateu Alemany en la compra del club.
Vidal ocupará un cargo puramente institucional, sin poder de decisión, aunque matizó que «seré el que esté siempre cerca de la oreja de los propietarios y esto es tener mucha influencia», dio Vidal. Sin embargo, se refirió a Martí Asensio, que estaba a su lado en la presentación, como «el consejero delegado, el que manda. En un tiempo récord nos hemos hecho amigos y podemos hacer un buen equipo», comentó.
La pirámide del consejo la forma Tomeu Vidal como presidente; Javier Martí Mingarro, vicepresidente primero; vicepresidente segundo, José Miguel García; Javier Martí Asensio, consejero delegado y vocales, Miquel Vaquer, Maria Antònia García y Alejandro García. Esto son los nuevos rostros de un consejo que será ampliado, según dijo Vidal «a medio plazo».
El nuevo presidente ofreció el discurso clásico de quien se siente mallorquinista y alcanza la presidencia, sin importarle en exceso si su cargo es únicamente institucional. «La propiedad tiene un proyecto optimista -declaró Vidal- y yo me uno a ese optimismo. Queremos seguir con este proyecto institucional, consolidar la gestión y que todo este esfuerzo extraordinario sirva para que el equipo continúe en Primera División», comentó el nuevo presidente. Vidal evitó entrar en detalles respecto a temas puramente deportivos, delegando totalmente en la figura del consejero delegado. A partir de esta semana se definirán más sus funciones, sobre todo a la hora de crear un discurso homogéneo entre ambas partes y que delimite quién es el encargado de dirigir los mensajes a la afición.
En la agenda del nuevo presidente figura el presentar el nuevo proyecto a las instituciones de la Isla siguiendo la hoja de ruta que en su día ideó Mateu Alemany y que en gran medida será el plan inicial que seguirá la familia Mingarro para afrontar sus primeras semanas como nuevo propietarios del Mallorca.