Miguel Luengo|PARÍS
Robin Soderling, verdugo de Rafael Nadal, fastidió el 28 cumpleaños de Nikolay Davydenko para alcanzar las semifinales de Roland Garros, ronda que se ganó Fernando González a costa de Murray. El sueco se impuso al ruso por 6-1, 6-3 y 6-5 en 101 minutos, mientras que el chileno apabulló a Murray por 6-3, 3-6, 6-0 y 6-4, en dos horas y 15 minutos.
Tiene razón el sueco Bjorn Borg, ganador de seis Roland Garros, que mantiene su récord gracias a Soderling, cuando dijo que Robin, después de derrotar a Nadal en tierra en París «ganará a quien le salga de los cojones». Ayer al de Tibro no le tembló el pulso ni las emociones vividas y dominó a Davydenko de principio a fin.
Para González, también fue un día de inmensa felicidad. Noquear al número tres del mundo en la central de París no tiene precio, y alcanzar por segunda vez la semifinal de un Grand Slam tampoco. «Feña» estuvo genial y su derecha fue como un martillo, sólida y ejecutora.
Por otra parte, Roger Federer parece ser el gran protegido este año en Roland Garros, donde no jugará partido alguno fuera de la pista Philippe Chatrier, la más rápida y la que mejor se adapta a su estilo de juego. No obstante, hoy la grada tendrá el corazón dividido, ya que se jugará su pase a semifinales con el único galo que sobrevive, Gael Monfils.
En los cuatro partidos que ha disputado este año en París, Federer no ha pisado otra pista. La Philippe Chatrier, con un aforo de 14.845 localidades, es tradicionalmente la pista más rápida, mientras que la Suzanne Lenglen, la segunda en importancia, está catalogada como más lenta, y suele alternarse con la central para albergar los partidos de las figuras. De hecho Rafael Nadal jugó allí su segundo partido este año contra el ruso Teimuraz Gabashvili.
Precisamente en la Lenglen jugará hoy el único superviviente español, Tommy Robredo, que busca clasificarse para las semifinales en el encuentro que le medirá con Juan Martín del Potro.