Andrés Merello|BARCELONA
El Espanyol, con la ley del mínimo esfuerzo y gracias a un gol de Luis García de penalti, derrotó al Athletic Club de Bilbao, en un partido mediocre que se acabó llevando el equipo más necesitado. Aunque no matemáticamente, los de Pochettino prácticamente se aseguran la permanencia.
El Espanyol no estuvo a la altura en la primera mitad y jugó sin la intensidad que requería un partido tan decisivo para su futuro. Los locales requerían un cambio de actitud y Pochettino decidió echar mano de un recurso habitual en el mundo del fútbol. El argentino optó por dar entrada a Coro, salvador de los españolistas en numerosas ocasiones. El de Banyoles fue decisivo.
El Athletic, que plantó más guerra de la esperada, se dejó ir y cada vez defendió su área con menos intensidad. En una de estas acciones, Coro sorteó a todos sus marcadores y acabó derribado en el área por Gurpegui. Luis García asumió la responsabilidad desde los once metros y batió a Iraizoz.