Miquel Alzamora
En plena Semana Santa, con los pasos todavía frescos y en un domingo tan especial como el de Resurrección, Son Moix acoge un partido de esos calificados de definitivos, pero que no certifican nada ni ganando ni perdiendo. Sin embargo, tres puntos a favor o en contra tal y como está la situación en la tabla, con un Mallorca en decimoquinta posición y 32 puntos, una victoria no garantizaría la permanencia, pero ésta quedaría a punto de caramelo.
Hoy el rival es el Almería (17:00 horas, IB3 TV) un equipo que tiene en su delantero Àlvaro Negredo al hombre más determinante y al que no se le puede dar un metro para jugar y mucho menos un segundo para pensar. De lo contario los problemas están garantizados. Otro nombre propio más, el de Germán Lux. Hoy estará bajo los palos toda vez que Dudu Aouate, como era de esperar, no ha entrado en la lista de convocados.
El domingo de Resurrección es sin embargo de plena pasión en el capítulo futbolístico. Si en Palma se respira un choque con cierta pinta de final, en Pamplona juegan Osasuna y Athletic y en Soria se enfrentan Numancia y Espanyol. Es una jornada de esas donde los transistores se convierten ya en un elemento fundamental para medir el estado de la Liga. Después de un año donde la mediocridad futbolística ha prevalecido sobre todas las cosas -a excepción del Barcelona- ha llegado el momento como mínimo de vivir las emociones que depara un final apretado y con mucho todavía por decidir.
Lo que sí está decidida es la titularidad de Lux. El argentino no exhibe buenos registros bajo los palos, pero es imprescindible que el guardameta reciba todo el calor, cariño y comprensión desde la grada y desde el propio terreno de juego. El fútbol profesional siempre suele reservar segundas oportunidades a los futbolistas que se resignan a tirar la toalla y que se apoyan en su trabajo diario para salir del pozo. Hoy se presenta una nueva oportunidad para el guardameta argentino, pero ni mucho menos es un examen definitivo. Lo mejor será que vuelva con la normalidad que van entrando y saliendo los futbolistas del once titular, aunque sea un portero y juegue en una posición tan específica. Seguro que en la soledad del área, un grito de apoyo aumentará su autoestima y a la vez la seguridad en un futbolista que necesita de un buen partido para recuperar su mejor versión. Hoy puede ser ese partido que lleva tanto tiempo esperando y del que se hace merecedor viendo cómo muerde la hierba cada día en Son Bibiloni.
Por lo demás, el partido ante el conjunto andaluz tiene su importancia en lo númerico porque es en casa donde está la salvación. Manzano se mostró 'gallito' antes de Bilbao, pero se derrumbó esta misma semana consciente de que fuera de casa no hay mucho que rascar. Es aquí donde debe certificarse una permanencia que sin duda es el gran patrimonio de la entidad balear. Hoy hay mucho en juego. Está prohibido fallar.