Albert Orfila|BILBAO
Satisfechos con el juego, molestos con el resultado. Los jugadores del Mallorca abandonaron San Mamés pronunciando un disurso que ya se ha repetido muchas veces a lo largo de la temporada. El conjunto balear no supo trasladar al marcador la superioridad que exhibió sobre el tapete de 'La Catedral' y sigue metido en el fango. Pese a todo, la plantilla está convencida de que se encuentra en el carril adecuado y de que manteniendo la intensidad de estos últimos partidos la permanencia está asegurada.
El gran protagonista de la noche fue Aritz Aduriz. El delantero vasco regresaba al que fue su estadio hasta el pasado verano y no pasó desapercibido. «He tenido sensaciones extrañas con respecto a otros partidos», destacaba. «Jugar en San Mamés es algo muy grande y la afición siempre es especial. La sensación era rara, pero a pesar de todo he intentado hacerlo lo mejor posible para que el Mallorca ganara. Desafortunadamente, no habido suerte». añadía.
El ariete bermellón lamentó la mala fortuna con la que se estrelló durante todo el encuentro. «El balón no quería entrar. Hay veces que con media ocasión haces un gol y en otras, con un montón de oportunidades no tienes la suerte de marcar. Es lo que me ha pasado a mí aquí», argumentaba.
Con respecto a la jugada del penalti que abrió el marcador, Aduriz se mostró especialmente diplomático, aunque sí que reconoció que lastró el rendimiento de los isleños: «Está claro que esa jugada nos ha condicionado. No voy a discutir si ha sido penalti o no, porque probablemente lo haya sido. Pero si encajas un gol en el minuto 3 vas a remolque. Si el árbitro lo ha pitado, no hay más que hablar», apuntaba.
Aduriz valoró además la situación en la que queda el Mallorca tras la derrota y recuperó el optimismo: «Un punto hubiera sido muy bueno, aunque el discurso no cambia. Estábamos en una línea muy buena y últimamente hemos sacado muchos puntos, pero mucha pelea por delante y muchas cosas que ganar. Lo que está claro es que vamos a tener un final duro».
Aritz agradeció el calor que le proporcionó el público bilbaíno y no llegó a desvelar cómo hubiera reaccionado en el caso de marcar: «El cariño que he recibido es mutuo. Tengo muchos amigos aquí y es muy bonito reencontrarse con ellos. ¿Si hubiese celebrado un gol? Hablar de supuestos no merece la pena».
Martí, por su parte, explicó que lo importante ahora es «alcanzar cuanto antes los 41 o 42 puntos que hacen falta para que el Mallorca esté tranquilo». El centrocampista palmesano apuntó que el deseo del grupo es «hacerlo lo antes posible, da igual si en casa o no, para disfrutar del final de campeonato y obsequiar a la afición con el juego que le gusta en los partidos finales». El pivote se mostró además «convencido» que jugando como en Bilbao, «el equipo saldrá de ahí abajo sin problema».
Nunes, en cambio, también lamentó el resultado final: «Duele porque durante el partido hemos tenido muchas más ocasiones que el Athletic y hemos jugado mejor. Pero esto es el fútbol y lo que cuenta son los goles. Estamos contentos por el trabajo realizado, pero nos han ganado disparando sólo una vez en la segunda mitad». Además, el portugués recordó que la acción del penalti había hecho mucho daño al Mallorca y apuntó a Mejuto: «Lo que me parece extraño es que no se ponga de acuerdo con sus asistentes. El público juega muy bien su papel y los árbitros se dejan de llevar, pero no quiero hablar de eso. Tenemos que quedarnos con lo bueno y lo malo que hemos hecho hoy porque la semana que viene tenemos otro partido muy importante contra el Almería».