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Fútbol/Real Mallorca

Deflación

El Mallorca sufre una caída generalizada cuando ya amasaba la victoria y se conforma con un empate insuficiente para tomar el impulso definitivo

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Definitivamente, la Liga se ha partido en dos. Los nueve primeros se repartirán el pastel. Los once últimos lucharán por la supervivencia. La jornada de ayer no despejó el horizonte. Del furgón de cola, sólo Racing y Sporting -estos dos últimos se sitúan con 33 puntos y parecen escapar definitivamente del fango- cerraron sonrientes la carpeta de un fin de semana cargado de goles y tablas. Uno de los cuatro empates se registró en Montjuïc, el escenario que el Mallorca escogió para regalar dos puntos que pueden valer su peso en oro. Porque el grupo de Manzano no supo contener una victoria que le hubiera situado en la rampa de lanzamiento de la salvación. Porque el equipo isleño no pudo administrar una ventaja considerable (1-3) ante un rival en inferioridad (expulsión de Moisés en el minuto 64) y al final agarró un punto agrio que deja las cosas prácticamente como estaban. El 3-3 no sirvió para alejarse del fango, pero sí para superar a un Getafe en plena caída libre que comienza a jugar con fuego. El empate de Osasuna en el Ruiz de Lopera mantiene el descenso a tres puntos. Igual que antes de la cita, aunque queda una jornada menos...

El Mallorca, que se había arriesgado a la humillación de la derrota durante el primer tiempo, se marchó al descanso con un 0-1. Golazo de falta de Arango. Después del empate de Callejón, los isleños se encontraron con un tanto de Cléber, una roja exagerada a Moisés y un derechazo a la escuadra de Jurado. 1-3. En ese momento, ni Manzano ni los jugadores supieron parar el choque. Jugar al otro fútbol. Y, apelando a la épica, De la Peña y Nené sellaron el 3-3. El mismo resultado que hace siete días dejó un regusto diametralmente opuesto.

La jornada estuvo aderezada por la dosis necesaria de testosterona que exige jugar en las catacumbas. En el Manuel Ruiz de Lopera, el grupo de Camacho acorraló a un Betis que sigue empeñado en complicarse la vida. Atascado ante su hinchada, que comienza a arrojar chatarra contra Paco Chaparro, el equipo verdiblanco suma cuatro meses sin ganar en su estadio. Todo lo contrario le sucede al bloque navarro. Aunque todavía tiene el honor de ser el único equipo de la máxima categoría que todavía no ha ganado a domicilio.

En el norte, el Racing se dio un festín para apuntillar a un Numancia que sigue sin notar la mano de Pacheta. Es el peor equipo de la segunda vuelta y no se divisa la reacción en el horizonte. Suma 23 puntos y está a cinco de la permanencia.

Cerca de El Sardinero, el Sporting hizo los deberes para tumbar al Deportivo. Es curioso, pero el grupo de Preciado ha pasado de la depresión de hacer quince días, cuando cayó en casa ante el Mallorca, a la euforia absoluta. Dos triunfos consecutivos, seis puntos y la salvación casi asegurada gracias a sus 33 puntos.

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