Como no podía ser de otra manera, Toni Colom fue el gran protagonista en la etapa con salida y llega en su pueblo natal, Bunyola, y se erigió en el gran protagonista de la jornada, inscribiendo su nombre con letras de oro en la presente edición de la Challenge.
El bunyolí, que firmó una etapa digna de enmarcar, señaló tras cruzar la línea de meta las sensaciones que le acompañaron durante la jornada: «es un poco indescriptible el día de hoy -por ayer-, llevaba mucho tiempo sin ganar y tenía ganas de volver a hacerlo. He trabajado mucho durante el invierno y ha sido llegar al Coll de Sóller después del trabajo hecho por el equipo, la forma en que lo ha hecho, que he dicho esto no lo puedes desaprovechar. He arrancado, he visto que la gente tenía gestos de cansancio, no ha venido nadie y a falta de un kilómetro he visto que era mío».
El mallorquín, que describió la jornada como «mejor imposible, líder, ganador de la etapa, el equipo perfecto, en resumen hoy -ayer para el lector- es un día soñado», recordó las palabras de su compañero de equipo Joan Horrach, comparando la carrera isleña con el Tour de Francia: «me dijo un día si cambiaría una etapa de Mallorca por el Tour y un día como hoy -por ayer-, creo que incluso vale más esta etapa que cualquier victoria en mi carrera profesional».
Colom, que dedicó la victoria a «todos mis vecinos de Bunyola, a mis amigos, a mi familia, a mi mujer y a mi hijo que está en camino», reconoció que «sólo por el cariño que me han dado, ganar delante de mi gente para mí lo vale todo».
El único vencedor de la Challenge resaltó además que «desde que sabía que esta etapa se tenía que hacer en Bunyola estaba muy nervioso, con estrés, porque el trabajo que estoy haciendo es más de cara a un mes» pero que «a medida que ha ido transcurriendo la carrera me he encontrado mejor y he corrido con cabeza. No tengo palabras de agradecimiento para este equipo».
El balear, que se mostró exultante al finalizar la cuarta etapa, declaró también que «ganar en tu pueblo no tiene palabras, son muchos meses de trabajo, mucho años de sacrificio. Las victorias no se consiguen en dos días, hay que sufrir y entrenar». Además afirmó no tener «ninguna deuda pendiente» con su pueblo, del que dijo que «siempre me he acordado y siempre que he podido he hecho publicidad».
El corredor del Katusha, que llega líder de la general a la última jornada tras la victoria de ayer, espera alzarse con el triunfo final en la etapa con llegada en Palmanova. «Mañana -por hoy- intentaremos controlar la carrera. Los sprinters querrán probar, pero con tranquilidad y haciendo las cosas bien, con cabeza, podemos lograr la victoria. Esperemos que no llueva, que haga un día agradable como hoy -ayer por el lector- y que la gente disfrute otra vez del ciclismo».