Efe|MEMPHIS
Pau Gasol había anticipado que su vuelta a Memphis por primera vez desde que fue traspasado a Los Angeles Lakers iba a estar llena de emociones y no se equivocó porque las hubo tanto en el apartado personal como deportivo.
Por primera vez en la NBA, Pau y Marc Gasol iban a protagonizar un duelo de hermanos extranjeros, que al final cayó del lado del mayor, quien fue recibido entre abucheos y aplausos por parte de los seguidores de los Grizzlies.
Aunque lo más importante fue ver cómo su equipo, gracias a las genialidades de Kobe Bryant, no era humillado con la tercera derrota consecutiva ante un rival con marca perdedora, al que al final pudieron ganar (96-105).
Sólo cuando faltaban 34 segundos para el final del partido, el marcador señalaba un empate a 96-96, pero como siempre sucede, si los Lakers quieren ganar el partido debe surgir Bryant con la canasta decisiva y eso fue lo pasó: la estrella angelina recibió un pase perfecto de Pau Gasol para anotar un triple mortal.
Los Grizzlies ya no pudieron recuperarse del golpe porque Rudy Gay falló el triple que había conseguido Bryant, que todavía se permitió el lujo de anotar tres puntos más uno desde la línea de personal y otro, el último del partido con un mate espectacular.
Los Lakers ganaban y Bryant volvía a ser el héroe al conseguir 36 puntos, incluidos 12 en el cuarto periodo, después de anotar 14 de 23 tiros de campo, incluido el triple decisivo de cuatro intentos, y 4-5 desde la línea de personal, capturó cuatro rebotes, repartió tres asistencias y recuperó dos balones.
Mientras, Pau Gasol también hizo su trabajo a la perfección como lugarteniente que lideró al equipo al comienzo del partido, sin preocuparle la presión de las emociones y los abucheos de los seguidores de los Grizzlies, y al final fue el segundo máximo encestador y el más consistente del equipo.
El hermano mayor de los Gasol aportó 15 puntos, con siete rebotes, líder del equipo, seis asistencias y puso dos tapones para reivindicar su poder bajo los aros.